Restaurante: Asador Lucas

Una cena exprés. Aunque la comida no estaba mal del todo, las cantidades eran algo justas y nos quitaban los platos enseguida. Iban super rápido y no dejaban comer tranquilamente. Los camareros muy pasotas y las bebidas bastante malas, sobre todo el cava, que era imposible beber.

Una pena. Después de llevar varios años yendo con frecuencia a comer a este restaurante (las dos últimas veces con fiambrera ya que diagnosticaron que mi hija era celíaca) hoy nos hemos aventurado a ir sin la comida de la niña porque hemos pensado pedir costillitas a la brasa y unas patatas fritas (deben ser hechas en sartén limpia con aceite limpio) o un arroz blanco. Nuestra sorpresa ha sido cuando nos ha dicho el camarero que no era posible porque estaban todos los fogones ocupados por que había que mantener caliente el cocido. Hemos decidido irnos y cuando he querido explicarle el motivo por el cual nos íbamos y lo que no entendía me ha contestado que no me iba a contar lo mismo y que tenía mucho trabajo. ¿qué se puede pensar de un restaurante que no puede tener un fogón libre y un camarero te contesta de ese modo? Desde luego no creo que les pidiéramos la luna y como se entiende lo que pedíamos no es por capricho. Después de dos años después del diagnóstico de mi hija, no hemos ido a muchos restaurantes pero les puedo asegurar que en todos me han demostrado una gran empatía y de ninguno me he tenido que levantar.

Salimos a cenar mi marido y yo, no había sitio en ningún restaurante, entramos en este establecimiento Asador Lucas, también estaba lleno, pero el dueño muy atento y amable nos atendió y se preocupó de que tuviéramos sitio para cenar. Mientras esperábamos tomamos unas cervezas y nos invitó a unas tapas para que la espera no se nos hiciera larga por eso estamos agradecidos y contentos y recomendamos este establecimiento.