opiniones sobre el Restaurante Cal Sastre

Queríamos comer en terraza y teníamos un perro yorkshire terrier pequeño. Nos dijeron que único que podrían ofrecernos era montarnos una mesa alejada de otros clientes para que nuestro perro no molestara a nadie. Aceptamos la propuesta aunque sentados en este lugar parecíamos más "personal" que clientes del restaurante. Lo peor fue después cuando entraron 4 personas con un labrador grande que se tumbo en el medio y obstruyó el pasillo de la terraza. Obviamente estos clientes hacían pinta de dejar más pasta en el restaurante que nuestra pareja con un bebe así que ellos si que podían sentarse en la terraza con su perro y no molestaría a nadie. Por 100 eur que dejamos allí me sentí discriminada no se ni porque razon.

Lástima no haber buscado comentarios antes de ir. Nos hubiéramos ahorrado todos los mismos sinsabores. Nos recomendaron el restaurante como excelente, pero de eso debe hacer ya mucho tiempo. Cantidad de comida ínfima, precios exorbitantes por lo que esperas recibir. Raciones ridículas, verdura cruda, el servicio muy muy lento, y sobre, sobre todo, hay que vigilar la factura. Experiencia de la que es mejor abstenerse. No vale la pena gastar más tiempo en comentarios.

Decepcionante. Hacía mucho tiempo que no nos sentíamos tan engañados. Pedimos una ensalada de arroz, unos tallarines con gulas, una plato de ternera guisada y un plato de macarrones para nuestro hijo. De estos cuatro platos solo se salvaba la ternera, aunque tampoco era nada del otro mundo y la cantidad bastante escasa, como todos los platos que pedimos. La ensalada de arroz nos pareció una broma cuando la sirvieron: un vaso pequeño de arroz con dos trozos de fresa por encima y poco más; eso sí, colocada en un plato grande. Precio, 11 euros. Los macarrones, lamentables; la pasta recalentada con algo de tomate por encima. Ni en los peores menús baratos. Precio: 10 euros. En cualquier restaurante especializado en pastas son más baratos y encima buenísimos. Los tallarines con gulas y gambas bastante mal, aparte de que las gambas estaban duras. Precio: 12 euros. Una caña de cerveza normal y corriente: 2,50 euros. Una botella de agua pequeña: 2,50 euros. Una cola, lo mismo. Menos mal que no pedimos vino... Viendo que el trato y la comida no nos gustaba, decidimos no pedir nada más. Ni postre ni nada. Eso sí, la cuenta para marcharnos pronto, y ahí vino la sorpresa. Casi 70 euros por no comer prácticamente nada. Resulta que los platos estaban marcados sin iva, es decir, suma el IVA correspondiente a todo, pero lo mejor fue cuando en el primer concepto de la nota vimos: cubierto y servicio: 5,40 euros, más IVA lógicamente. Le preguntamos a la camarera qué quiere decir ese concepto y nos contesta que "es por el servicio que damos. Es algo de aquí". Bien, aún estamos dándole vueltas a la cabeza para entender en qué consiste eso. Pero bueno. También hemos de decir que el dueño se acercó a nuestra mesa en una ocasión y habríamos agradecido que no lo hiciera. Resumiendo, que no volvemos allí ni de broma. Una tomadura de pelo en toda regla.

Desgraciadamente no leí opiniones respecto a este restaurante, de haberlas leído por supuesto no me hubiera encontrado ante la misma situación que muchos de los comentaristas de esta y muchas páginas más. Domingo 30 de diciembre de 2012, nadie por las calles de santa pau. Situación super tranquila en un lugar muy acogedor que se trunca cuando nos sentamos en el restaurante Cal sastre. Lo primero de todo, nos arrinconan en una mesa en la puerta de la cocina donde se escucha un pitido cada vez que suben y bajan platos. Solicitamos cambio de mesa y negativo. Nos entregan la carta y de lo que solicitamos nos dicen que no hay, ni carne a la brasa ni escalibada ni.... Etc., respuesta del simpático camarero: "había una carta en la calle donde se iniciaban los platos que habían. ". Bueno, entonces nos adaptamos a la carta, nosotros por un lado y los niños por otro. Los peques: unos macarrones, hechos no se que día y otro pollo rebozado, precio de coste de lo que le pusieron: máximo 2€, precio del restaurante:12€ por 2 filetitos de pechuga dura y aceitosa y cuatro patatas. Nosotros pedimos pies de cerdo (que debo de admitir que estaban buenos) y mi marido pedía cordero a la brasa de la carta de los niños. A lo que el camarero nos dice que no puede ser, que es solo para niños. Justamente indican en la carta de los niños cordero a al abrasa y a nos habían dicho que no había nada a la brasa. Con lo que solicité un segundo plato a mi hija: cordero, hecha la ley hecha la trampa. Del vino, para que hablar, de los que íbamos solicitando justamente no habían y nos ofrecían vinos superiores a 18€. La sorpresa fue cuando trajeron el plato de cordero a la niña (que en realidad era para mi marido) llevaba tres costillas de cordero, escalibada y patatas al horno.... Todo lo que nos habían dicho que no tenían jajaja. De all-i-oli, ni hablar, que es eso en un restaurante de montaña catalán.. Enfadados que pedimos la cuenta en 3 ocasiones, debería ser que les gusta torturar al cliente teniéndolo más tiempo de la cuenta sufriendo la antipatía de los camareros. Una vez recibida la tuvimos que echar para tras 2 veces por estar equivocada y, por que no volví a repasarla. Opinión: no ir al restaurante cal sastre por falta de profesionalidad. Le tendremos que enviar al chef xicote, a ver si les enseña un poquito.

Un compendio de todos los comentarios anteriores. -el cordero (19 euros) 1 costilla de palo, una de lomo y 2 trozos de hueso. −empedrat con 2 dados de bacalao. −platos inexistentes para tí pero existentes para otra mesa. ( preguntado si había fesols con butifarra ) −casi todos los segundos estaban preparados con miel, confites etc siendo diabético le pido algo a la plancha y me propone tronco de bacalao frito, me sirven un trozo de bacalao hervido con un chorrito de aceite y sólo, como una isla en el plato por el módico precio de 20 euros. −respecto de la mesa reservada, igual, habiendo varias vacias a las 15. 15, nos ofrecieron amablemente la que estaba de espaldas a la estufa y ante nuestra petición de cambio, la respuesta fue : esa es la suya. En fín, un puro desastre por la módica cantidad de 149,90 euros sin postres, ni café, ni copa, ni puro.......... No sólo no lo recomiendo sino que, por favor, huid!!!!!!!!!!

Vem demanar el cubert, de primer un empedrat que anunciava a part dels fessols i entre d'altres coses bacallà i tant el meu home com a mi sols ens va caure un parell de trocets que eren com daus. Pel que fa al segon plat jo vaig demanar peu de porc i la veritat és que estaba molt bo però el meu home va demanar costelles de xai i li van portar quatre troços, dos costelles que estaven bé una tercera que estaba tota sucarrimada i seca i el quart troç era un bistec de cuixa i està clar que aquest tall no era el que anunciava el menú i com ja seveu la cuixa no val res ja que és molt astellosa, però penso que nosaltres també vem tenir culpa al no fer que ens retiressin aquest plat per no estar correcte. En quant a les postres la veritat que una mica minses.

La peor relación calidad precio. No lo recomiendo. Un precio abusivo para una comida escasa y sin un valor adicional por mucho que se quiera vender como cocina volcánica. Además tienen la desfachatez de cobrar aparte por el cubierto, algo que en un restaurante de esta categoría no lo he visto nunca en un restaurante con un precio medio de 50 euros. A pesar de haber realizado reserva y de estar vacío el restaurante nos colocaron en una mesa en el pasillo. Igual esperaban que llegaran algunas de las celebrities que aparecen en las fotografías. El colmo es que no funcionaba el datafono para la visa y tuvimos que pagar en metálico una comida de100 euros por 2 personas. Lastima que no hubiéramos leído los comentarios antes de ir ya que hubiéramos evitado la sensación de que nos han atracado.

Un robo, la comida no estaba mal pero no vale lo que cobran, además pedimos vino de la casa, que nos lo ofrecieron a copas sin decirnos el precio y después nos cobraron 8,50 € por las 2 copas de vino rosado de la casa, mucho más caro que pedir una botella, si nos hubieran avisado, nos hubiéamos pedido una botella. Van a sacarte el dinero, ya que también se pasan con el precio del agua y el pan, es decir, de todas las cosas que no ponen en la carta de precio. La verdad es que el restaurante estaba totalmente vacío, cosa que no nos extrañó después de la sorpresa al pagar. El servicio y las instalaciones, nada del otro mundo, muy antiguado en general. Bueno, que salimos muy enfadados, con una gran sensación de estafa, os recomiendo que no vayáis!!

Poco recomendable. Mala relación calidad precio. Trato correcto pero distante. Fuimos a la oficina de información turística de santa pau y vimos el menú de laborables en Cal Sastre a 25,00€, con vino y café incluidos. Llegamos al restaurante, nos comunican que estaban haciendo cambios. Nos dieron a entender que cambiaban algunos platos (perfecto, por que no? ), pero los cambios que percibimos fueron que ni el café ni el vino estaban incluidos. Además en la cuenta nos facturaron 3,60€ +iva en concepto de pan que no habíamos pedido. Que sepamos es obligatorio dar el precio con el IVA incluido, en cal sastre lo dan con el IVA aparte. El nivel de cocina es simplemente correcto y las presentaciones, para el precio que cobran, dejan mucho que desear. No entendemos como tienen colgado el adhesivo de "recomendado en la guía michelín"

Estuvimos en Cal Sastre el pasado domingo. La terraza preciosa, tranquilidad absoluta, la comida "bien" aunque algo escasa, el servicio correcto. El timo vino al pedir la cuenta y comprobar que por un "menú infantil" compuesto por unos spaquetti bolognesa corrientes y dos filetes de pollo de milímetro de grueso con algunas patatas fritas nos cobraron 26 euros + iva. Les sugiero que directamente pongan un cartel que diga "niños no". Vergonzoso.

La comida está buena, pero es escasa. En concreto, hay un plato de tres hamburguesitas con foie por el que te cobran 22 euros, y consiste en 3 hamburguesas súper pequeñas, el foie ni se nota y además, sin guarnición. La carta de vinos es muy extensa, pero de los 3 vinos que pedimos, no tenían ni uno. La atención recibida no fue muy buena, íbamos con un bebé pequeño y no tenían trona, no quisieron hacernos una tortilla francesa, sólo me ofrecieron macarrones. A la hora de pedir la cuenta, nos hicieron esperar y cuándo se la reclamamos, nos dijeron que teníamos que pagar en la barra. Nuestro sentimiento es el de haber pagado mucho por algo que no lo merece.

Es la primera, pero también será la última vez que comeré en el restaurant cal sastre y desde luego, no recomendaré a ningún amigo o conocido que lo haga. Los precios son de escandalo y la cantidad tan escasa que es imposible saciar el apetito. Nunca he pagado tanto por tan poco. Decir que este establecimiento no tiene anunciado previamente y en lugar visible el tipo de plato ni el precio. Solo tienes conocimiento de ello cuando ocupas la mesa y traen la carta, pero antes, y con toda celeridad, sirven una botella de agua (que no has pedido) y te sientes comprometido. Esto me pasó el viernes día 27 de agosto.

Es un restaurante pretencioso, donde los precios son abusivos y las raciones son realmente escasas. La carta de vinos es bastante amplia, pero casualidad.... El vino que pedimos no lo tenían. Así también tengo yo un carta con tantas referencias. En definitiva, no os lo aconsejo en absoluto. Nos pareció un engaño total, y carísimo...

Queríamos reservar a las 15:30 y nos dijeron que no podía ser, que llegáramos entre las 14:45 y las 15:00 máximo. La realidad fue que habiendo llegado a la hora que nos dijeron no nos sentamos en la mesa hasta las 15:30 que era la hora que nosotros deseábamos. Ninguna disculpa, ni ningún detalle por habernos hecho esperar tanto. Comida: excesivamente caro. La carta que tienen no justifica los precios. No se puede comer por menos de 50€ / persona. El menú degustación cuesta 60€
carta de vinos: extensísima.

Lamentable servicio para una comida mediocre con pretensiones, a 50 euros por persona.

Una hora y cuarto para que nos sirvieran el primer plato, después de tener reserva desde hacía una semana. Y lo peor, ningún tipo
de explicación. Ni tan siquiera tenían hojas de reclamación suficientes para todas las personas que pretendían protestarde.

Una vergüenza.

Sólo espero que esta opinión sirva para que no le tomen el pelo a nadie más.

Estábamos de paso y después de disfrutar de la comida en Cal Sastre, bajo los arcos de la plaza, nos quedamos.

Probamos la ensalada de garbanzos: exquisita combinación de sabores. El solomillo con mongetes: delicioso. Sencillo pero en su punto perfecto. La carta de vinos fenomenal. Buen servicio del que cada vez es más difícil encontrar. Y buena música de fondo.

Fue una sorpresa para nosotros, aunque parece que el restaurante ha sido recomendado en más de una publicación.

Vale la pena acercarse a propósito a Santa Pau para conocer Cal Sastre y si no quieres controlar la bebida puedes dormir en su hotelito y disfrutar del silencio.

Es importante reservar mesa.