Somos clientes de año en año y nos gusta comer buen lechazo, pero este año será el último. Ha perdido todo el encanto que tenía y falta personal para estar bien atendidos. Local demasiado grande. A nuestro parecer a perdido en calidad y servicio. No pidáis verduras y frutas a la plancha (te la sirven sin hacer) y cuando reserves mesa, reserva el lechazo, sino te quieres quedar sin él. Nuestra camarera simpática.