Restaurante: Champagnería Gala

La decoración está bien, el arroz es razonable, pero el servicio es de lo más desagradable que he sufrido. Son bordes y rancios, no pienso volver.

Ayer mismo cenamos 4 personas en este restaurante. Pedimos, alto y claro, tres raciones de arroz caldoso y una ensalada. Nunca trajeron la ensalada y pedimos, después de unos 15 minutos, que si no la habían preparado todavía que ya no la trajeran.

Cuando llegó la cuenta, nos cobraron 4 raciones, en vez de las tres que habíamos pedido. Cuando consultamos con la encargada, en un tono bastante desagradable, nos dijo que no habían anotado la ensalada y que habíamos pedido 4 raciones.

En fin, buena comida pero es muy desagradable tener que salir de un restaurante con mal sabor de boca por la mala atención y las malas caras. No lo recomiendo.

He estado yendo a este restaurante durante 5 años seguidos y puedo decir sin la menor de las dudas que hace 5 años era mi favorito. La primera vez que fui me encanto su situación (cerca de la calle huertas) y su ambiente y comida eran exquisitas. El menú constaba de pan con alioli y salmorejo, ensalada, paella a elegir, su maravillosa tarta casera de chocolate, y un porrón de vino dulce al final.
He seguido yendo estos cinco años y cada vez han ido a peor. Vamos que el sábado pasado fue la última vez que voy a ir.
Según pasaban los años, el sitio fue siendo más caro, normal, es un sitio que está muy bien situado y las paellas eran de las mejores de Madrid.
Pero las dos últimas veces ha sido deplorable.
La penúltima vez el servicio fue muy malo, y tuvimos que esperar bastante tiempo en que nos atendieran. Luego nos metieron prisa porque resulta que tardamos mucho en comer, claro si me lo traes tarde pues tardaré un poco mas.
Y la última vez (julio-2007) estaba deseando acabar de comer e irme. Pedimos ensalada de primero, la lechuga estaba llena de arena, Les recuerdo que no nos han servido pan con alioli y salmorejo. Pedimos que nos la cambiaran la ensalada, tardaron tanto que nos la trajeron medio minuto antes de la paella, no nos quitó los platos de la ensalada y teníamos la mesa que no cabía un alfiler con los platos de la paella. Junto con el pan con alioli y salmorejo. Llamamos otra vez a la camarera que nos quite los platos de la ensalada.
Una vez empezamos con la paella, vemos que la paella de marisco sabe a chorizo, que bien, no hay nada como experimentar.
El agobio de llamar a una camarera y que te hicieran caso hizo que nos desesperáramos todos los que estábamos comiendo. La parte de no fumadores tiene un ruido ensordecedor, no nos oíamos los que estábamos unos enfrente de otros, no pasamos toda la comida gritando. Ni postre ni nada, por favor denos la cuenta.
Era de mis restaurantes favorito pero ya no volveré más por su mala comida y por su mal trato en el servicio.

Tanto los arroces como las fideuas están excelentes y no está mal la relación calidad precio, hasta aquí lo poco bueno que puedo decir..... La carta tiene poca variedad en cuanto a entrantes, vinos y postres no así en cuanto arroces que hay bastante donde elegir.Desgraciadamente la atención y el servicio son realmente desagradables y antipáticos. Poco colaboradores y perezosos. Es una pena ver como unos pésimos trabajadores pueden cargarse un restaurante. No creo que vuelva en la vida. Fuimos unos cuantos y a todos nos quedó un regusto amargo y no precisamente por la comida.