Restaurante: Don Mauro

Una atención de un profesional estupendo con una recomendación muy certero sobre el postre que es un manjar tarta de queso, y el resto de los platos de todos ha sido de nueve

Corría el mes de marzo del 2010 e íbamos a conocer el Monasterio de Guadalupe. Hicimos una parada en Salamanca, y entramos sin saber ni tener ninguna referencia de él, en el restaurante don mauro, en la plaza mayor. Todavía hoy, mi mujer y yo comentamos lo bien que comimos ese día. De entrante, un jamoncito muy sabroso, seguido de unos chuletones de carne al punto exquisitos, y para terminar compartimos un postre que nos supo a gloria. Nos aconsejaron estupendamente para pedir los platos y fueron muy amables y atentos con nosotros. El precio nos pareció muy acorde con lo bien que comimos. Esperamos volver pronto a Salamanca y desde luego, sin duda nos dejaremos caer otra vez por este restaurante que nos dejó tan grato recuerdo.

Siempre que voy a Salamanca como en el restaurante Don Mauro, me encanta, está todo buenísimo, el personal es super amable y atento, calidad y buen hacer. Repetiré una y mil veces, no lo cambio por nada. Se lo recomiendo.

Es un restaurante con una situación inmejorable, he estado en dos ocasiones, una una noche en verano en la terraza cenando asado de lechazo, espectacular, y otra en un evento en el salón principal con menú cerrado de grupo, y me gustó las dos ocasiones, personal atento, relación precio calidad muy meditada y repito la ubicación genial. Les felicito¡¡¡

Me fui a Salamanca con la intención de visitar aquella maravillosa ciudad pero la impresion que me lleve fue espectacular pero sobre todo por parte de la comida que mi familia y yo degustamos en este restaurante de la plaza mayor. Fuimos 4 personas mi mujer y mis dos hijos y la comida fue la siguiente: Para picotear un poco pedimos un poco de jamón de Joselito, un verdadero lujo, un espectáculo y cortado en sala, luego pedimos una ensalada de cogollos y ventresca y anchoas que estaba deliciosa y luego pedimos unas mollejitas de lechal que ha sido lo mas maravilloso que he probado en mucho tiempo, viva la casquería en este local, que mano por Dios!!!!,, de segundo mis hijos pidieron milhojas de solomillo con salsa de setas de temporada que por lo que me dijeron estaban maravillosas, y mi mujer y yo compartimos 1/4 de cabrito delantero, untuoso en su punto de asado, en pocas palabras genial, los postres, caseros y elaborados porque mis hijos comieron "texturas de chocolate" y yo un flan de nata como los de antaño mi mujer es poco golosa, sinceramente un verdadero placer gastronómico, el servicio, muy agradable y el vino, dificil de escoger porque tienen mas de 120 referencias por lo menos al final tomamos un Hacienda Monasterio que estaba en su punto justo de temperatura, muy bien servido y justamente decantado.En fin si ustedes alguna vez van por Salamanca, les recomiendo este restaurante porque merece la pena no es estrella michelin pero comerán muy bien y a veces es lo que cuenta por cierto el precio medio con un vino de 30 euros mas o menos es de unos 36 por persona.