opiniones sobre el Restaurante El Asador de Aranda - Oviedo

Quizá en la cuenta pagas el sitio y el servicio: centro de Oviedo y la clase del lugar. Por lo demás no hay queja, muy rico y buena atención. Aunque me queda la sensación de haber estado en algún sitio de igual calidad y servicio pero con menor cantidad de euros reflejados en la factura final.

Sin lugar a dudas un sitio donde quedar como un gran anfitrión, su ubicación sus salones,ñ sus aseos su limpieza, personal, producto, calidad. La historia d la casa, su capilla, en fin un lugar especial, con estilo con magia,único. Una casa donde volver siempre. Para mi y todas las personas que lleve sobresaliente.

Mi gran sorpresa fue visitar "el Asador de Aranda" de Oviedo y que me dieran un cochinillo congelado, envasado o de la semana anterior. Me pareció una vergüenza y una estafa que te cobren 20 euros por una ración escasa y de pena, parecía chicle. Cuando, educadamente, le hicimos la observación al camarero "mutis por el foro", ni una explicación, ni disculpa, ni atención, eso sí la factura puntualmente en la mesa y satisfecha al céntimo. Creo que un restaurante que se hace llamar asador, tendrían que tener los asados del día. No volveré y mis amigos tampoco.

Sin duda el mejor restaurante de Oviedo. En especial por el trato con el que te reciben nada más llegar, y por el maître con el que cuentan, ideal para un sitio de categoría como puede ser este. La carta excelente. El lechazo, en una palabra, delicioso. El local, de lujo, e increíble la decoración de los cuartos de baño, nunca había visto unos cuartos de baño iguales. Muy reconmendable a todo el mundo.

Este restaurante es probablemente uno de los mejores de Oviedo por el sitio donde está ubicado, por el edificio en si, por la decoración exterior e interior, por el trato exquisito al cliente, por la vajilla y cristalería, por la limpieza y decoración de sus baños, porque tiene el "maître" ideal para un restaurante de esta categoría y porque ofrece unos platos deliciosos y un cochinillo excepcional sin olvidar las maravillosas rosquillas, regalo de la casa, que sirven con el café. Lo recomiendo a todo el mundo.

La comida muy rica y los salones privados muy bonitos y muy íntimos, el servicio ok. Lo recomiendo.

Sinceramente no creo que haya comido peor en mi vida. Fui en una cena de empresa y nos dieron unos huesos de sabe dios que, eso si, sifiliticos, un sucedaneo de hígado y un lechazo que vamos, mejor no hablar, nos pusieron una cazuelita con 4 patatas remojadas en salsita de agua....... y ya que estoy con fluidos hablemos del vino servido en una fastuosa jarra desconchada de barro..... Si señor, lo único lujoso en toda la magnifica velada fue la comanda.............