Restaurante: Bistrot Sant Marc

El personal sin experiencia y totalmente desbordados. La espera para que te atiendan es insufrible. Para que te sirvan es terrible y además con varios errores con los pedidos. La comida es normal y el lugar está bastante bien. Una pena.

Espera de 45 minutos para tomar nota del pedido, mientras tanto se presenta un ratón en la sala... Acepto que es un restaurante rural, pero es inadmisible ver a un raton corriendo por el comedor. La sensación es de ser un buen restaurante por la comida, pero con un pésimo servicio e higiene.

Restaurante rural, con un buen servicio. Nosotros fuimos un sábado y nos dieron la opción de tomar un menú a 18 €, realmente muy buena la comida. Relación calidad-precio excelente. Nos ubicaron en una mesa en el porche del restaurante con unas vistas al prado-jardín de la casa y un ambiente muy bucólico. Nos amenizaban los oídos los trinos de los pájaros y los relinchos de los preciosos caballos que pastaban en el campo. Si alguna vez volvemos por la zona repetiremos.

De lo peor, me esperaba muchísimo mas, la carta muy corta la de vinos no te digo nada, fui con la intención de comer cabrito no me pedí primero me dijeron que si y a la hora de servirlo me no quedaba no costaba nada decirlo antes pero bueno eso no fue lo peor entonces pedí confit de pato en salsa, la salsa no existía y lo peor es que era imposible de comer ya que estaba churrascado y muy seco, fui pensando que era un sitio exquisito y más por el precio y salí decepcionada de pensar como eran capaces de poner el pato quemado que era para no verlo, después del palo que nos pegaron el la cuenta. No volveré jamas no os lo aconsejo.

Una vez llegas al pueblo de Puigcerdà te encontrarás una glorieta (con un jugador de hockey) la 1ª a la derecha dirección el polígono de Sant Marc. Una vez entrado en el polígono pasarás por delante de dos discotecas y sigues hacia el final de la calle. Después la izquierda y después el 1er camino estrecho a la derecha (hostal st. Marc). Es una gozada de restaurante por su comida típica catalana, por el trato personalizado (manolo y sebas) y por supuesto por sus instalaciones. Os lo recomiendo, no os defraudará.