Restaurante: El Bote

No se lo recomiendo a nadie. Comida muy escasa y de baja calidad para el precio que tiene. Yo no volveré nunca más.

Hace años que fui a ese restaurante y conocí a una persona muy importante que me marcó para el resto de mi vida, nunca le olvidaré. Me gustaría saber de él, simplemente si sigue allí y como le va la vida. Simplemente eso, decirle hola

Hemos tomado el menú del día, que por 14€ puede ser un precio razonable. De primero paella, que era recalentada ya que unas partes del arroz estaba caliente y otra fría; de segundo "hamburguesa de buey". La hamburguesa no tenía nada de buey, siendo una carne apelmazada. En fin el postre se salvó, con requesón con miel. Espero que la carta tenga mejores oportunidades ya que tiene una estrella michelín.

El bote es un complejo hostelero de primera magnitud tanto por las instalaciones, como por el trato del encargado y demás servicio. Siendo su atractivo principal para mi los variados pinchos que agradablemente nos sirve por la mañana a la hora del recreo. Como te habrás dado cuenta soy tania de serantes. Muchas gracias por tu servicio besos a todos.

Esta semana santa, en mal momento, decidimos ir a comer a El Bote con unos amigos que vinieron de visita, pues bien, reservamos mesa para las 2.30 y allí estábamos puntualmente, a las 3 por fin vinieron a tomarnos nota, pero hasta las 4.20!!!! no tuvieron a bien traer los entrantes. Nos pareció inaceptable, una hora y pico esperando solo con el vino y encima los entrantes eran ridículos, no nos lo podíamos creer!!! pero no penséis que terminó ahí, seguía pasando el tiempo y la comida sin aparecer así que nos levantamos y nos fuimos: El camarero solo se limitó a decir "pero si no tardo nada, que ya está todo" pues si habían tardado más de una hora en traer unos bollos untados con un poquito de foie y un par de lonchas de jamón encima (a eso lo llamaban tostas de foie con pure de manzana y jamón ibérico, la manzana yo no la encontré y el foie me costó) me imagino para el resto de platos. Ni siquiera tuvieron la decencia de pedir disculpas por la tardanza o traer algo para que no muriéramos de hambre esperando (ni siquiera pusieron el pan), lo normal habría sido decirnos lo que íbamos a tener que esperar antes de sentarnos para que decidiéramos si quedarnos o no, en lugar de salir de allí a las 4.45 casi; ah! y no penséis que solo esperábamos nosotros, otros chicos de la mesa de al lado estaban igual, y una pareja esperó media hora por el postre, no sé si será costumbre que hagan eso, solo sé que en la vida pienso volver a comer ahí. Al final solo nos quedó ir a comer unos pasteles al Palermo (exquisitos como siempre).