Restaurante: El Figón de los Comuneros

Había reservado el día anterior, para comer con mi familia el viernes santo, el lugar lo conozco porque voy a comer algunas veces de menú entre semana. En la carta de entrada hay dos menús, uno de diario y otro especial y de festivo, lógicamente el de diario lo habían retirado no así el especial o de festivo. Cuando estábamos sentados y ya con cierto retraso me indican que ese día no hay menú especial, que a la carta o nada, por supuesto que ante la familia que te viene a visitar, no te vas a ir, la comida fue como siempre, buena calidad pero mal precio, 15 euros más por persona no es de recibo. Pagas, te vas y escribes esta nota para que la gente sepa de qué va el mundo de algunos hosteleros Segovianos, por el precio que me cobraron como mejor en varios restaurantes de mucho más nombre y mejor servicio, en fin, no creo que vuelva.

Ayer (06-02-2010) fui a comer con un amigo a este restaurante. En la puerta había un cartel anunciando un menú de 20 euros dos primeros y dos segundos a elegir. Entramos y además de unos entrantes pedimos primer y segundo plato del menú, más vino, agua. Etc., entendiendo que lo segundo entraba dentro del menú publicitado en la puerta.

De primero pedimos judiones y cochinillo de segundo: calidad y cantidad normales, acordes con un menú. Luego lo mismo con el postre y el café. Al pedir la cuenta nos traen una con la sorprendente cantidad de 107 euros, ya que todo estaba desglosado y cobrado aparte, incluido el pan. Como pensábamos que primer y segundo platos, bebida y postre entraban en el menú pedimos explicaciones al camarero, que con cierta displicencia nos explicó que teníamos que haber dicho antes que queríamos menú, ya que en tal caso las raciones hubiesen sido distintas, "la mitad de lo que os hemos servido".

La verdad es que no nos acordábamos si habíamos pedido o no expresamente el famoso menú, aunque en todo caso lo dimos por sobreentendido, actuando de buena fe. Mostramos nuestra disconformidad, pagamos lo que pedían y nos fuimos. Al salir observamos que el cartel del menú de la puerta había desaparecido por arte de magia. Ignoro si actuaron o no de buena fe, pero en el mejor de los casos fue una actuación poco profesional, y el precio desproporcionado teniendo en cuenta la calidad y cantidad de lo servido, muy corriente.