Restaurante: El Torreon de Cartes

Es una mala experiencia, la ensalada campera, "periñaca "es algo de patatas con mucha cebolla y tomate cortado y aguado, sin sabor, la lechuga son recortes de hojas ennegrecida y de mal aspecto. El arroz a la cubana es un huevo mal frito sobre algo de arroz pasado, con tomate. La menestra esta hecha con la verdura de un bote en conserva. De segundo ocho bocartes y de guarnición una rodaja de limón. Para rematar un escalopin precocinado con patatas congeladas. Y de postre tomamos café, esto nos sirve de que nos cobren más, sin avisarnos de ello. Al comentárselo nos dice que no va incluido. Al darle la tarjeta de crédito nos indica que tiene que incluir iva. Tampoco lo indica en ningún sitio. Todo esto en un salón obsoleto, sórdido y mal ventilado. El servicio es pésimo. No valoran al cliente para nada. No recomiendo ir bajo ningún concepto. En serio, no ir.

La opinión del 1 me parece injusta y desproporcionada. La leí antes de ir a Cartes y pensaba no entrar, pero al ver que era un comedor limpio y bien decorado, el local normal no el de bodas, etc. - por 10 euros un menú muy correcto en mesa con manteles y servilletas de calidad. El servicio rápido y con buena atención. En fin lo dicho, una pasada lo que ha escrito este señor.

Horrible. Hemos comido en la terraza, ya que dentro el restaurante es anticuado y claustrofóbico. Mesas de publicidad de cerveza y desparejadas. Afortunadamente hacía buen tiempo. Los primeros: endibias con queso y ensalada de sardinas. Las "endibias" eran 4 hojas de una endibia con tres trozos minúsculos de queso de Burgos. La ensalada de sardinas era una ensalada al uso, sin gracia, con una sardina de lata despiezada por encima. Los segundos: una especie de "cordon bleu" de lomo, duro como un zapato y un solomillo minúsculo. Las raciones son ínfimas, servidas en platos pequeños con la publicidad del hotel. De postre -poquísimas opciones, entre ellas naranja, yogur, melón... - el yogur un "bifidus" de una marca comercial sin más y - hay que reconocerlo- un flan de huevo casero pasable. Sé que " solo" son 10 euros... Pero intuyo que se puede ofrecer mejor comida, mejor cocinada y mejor presentada, sobre todo. El servicio es una señora, con más voluntad que profesionalidad, que se sorprende si te dejas algo en el plato y que-para acabarlo de arreglar- te ofrece, cuando te vas un tríptico de su restaurante en el cual se ensalza el servicio, la profesionalidad y la comida!! Se que esto es una crítica que puede sentar mal; pero -sinceramente- espero que aprendan y que mejoren.