Restaurante: El Varadero

Varadero es uno de los referentes gastrónomicos de calidad de Rincón de la Victoria. Creado en junio de 1999 por Antonio Miguel Fernández Rando, "Antonio", ha ido creciendo en prestigio a lo largo de los años. La inicialmente reducida oferta se ha ido ampliando y en la actualidad es regentado por Oscar Sánchez Cuadra, que ha sido uno de los artífices del éxito con su trabajo desde los albores del nuevo establecimiento.

La presión de la clientela le ha hecho evolucionar hacia una carta más variada y extensa, desde la docena de platos iniciales, de la que sus estrellas son los pescados y mariscos fresquísimos, aunque mantiene serias concesiones a diversas carnes. La carta aporta cierta sumisión a la temporada: En verano los gazpachos y el ajoblanco son muy demandados, mientras que en las temporadas menos cálidas se ofrecen platos más calóricos, aparte de la amplia variedad ya reseñada de su carta. Los viernes, durante todo el año, prepara gazpachuelo (nada que ver, salvo su similitud fonética, con el gazpacho), un plato de raíces axárquicas que ya es casi la tarjeta de visita del establecimiento. Todo visitante que cualquier viernes se acerca por primera vez a El Varadero y lo prueba, sale extasiado y convertido en prescriptor del mismo. El gazpachuelo de Varadero comienza a convertirse en uno de los mejores embajadores de Rincón de la Victoria en el mundo y atrae a muchos rinconeros y turistas, deseosos de comprobar las bondades conocidas a través del boca a boca. Con ser tal su fama, lo cierto es que el gazpachuelo no puede eclipsar el magnificente oficio diario de los pescados y mariscos, que son los que adornan de más virtudes al establecimiento.

El cliente cuenta, además, con el servicio de una barra donde puede degustar, de un modo más informal, tapas y raciones con sus bebidas de preferencia. El personal es muy correcto y atento. La bodega es variada, surtida y, sobre todo, de muy alta calidad.

En la actualidad, El Varadero destaca con luz propia, es un referente obligado en el panorama gastronómico de la Costa oriental malagueña y guarda el encanto de la manufactura realizada en el momento para un pequeño puñado de mesas y el mimo de lo personal.