Restaurante: El Viejo Portazgo

Este mes de mayo hemos celebrado la comunión de mi hija en este restaurante y tengo que decir que no exageraron nada aquellos que hablaban maravillas sobre este sitio. El dueño, angel, es muy cercano con los clientes y escucha atentamente todas las indicaciones que le hagas, te elabora un menú en función del gasto o de los platos que prefieras. Y añade, además, consejos sobre las cantidades a poner por comensal, que agradezco profundamente, ya que si no, en nuestro caso, hubiera sido excesivo- tanto en comida como en precio- lo que yo tenía pensado... Con sus indicaciones fue todo muy abundante(repasaron todos los platos), y ajustado a nuestro presupuesto. En todos los sitios no son tan sinceros, sobre todo si eso significa ganar menos... La comida estaba riquísima, muy bien elaborada y presentada, y muy pendientes de qué necesitábamos a cada momento. Tuvo el detalle con mi hija de hacerle una tarta sólo para ella aparte de la grande de 3 pisos, porque es muy especial con los dulces... Al terminar la comida, tuvimos más de 2 horas de música y karaoke, y los niños disfrutaron en un miniparque de bolas. Fue muy completo. Fue un día en familia muy, muy grato. Si tuviera que repetir comunión, volvería a celebrarla aquí.

Una excelente opción no sólo para ir en pareja, sino para celebrar cualquier tipo de evento. La cena estuvo estupenda y las chicas que nos atendieron fueron amables y simpáticas.