Restaurante: Els 7 Focs

Excepcional. La calidad de la comidad, servicio y presentación así como el entorno para mí es un 10.

Es la clase de restaurante que no puedes dejar de probar, no digo nada más, seguro que repitirás muchas veces, con tus amigos tus familiares, porque sabes seguro que vas a quedar muy bien. El trato más que exquisito la cocina estupenda, elaborada cuidando su presentación, en verano un jardin donde las cenas son de película, en fin que si lo probáis seréis otro adicto como yo al restaurant set focs.

Somos asiduos de este restaurante, un sitio tranquilo, bonito que se puede aparcar y con cocina mediterránea pero trabajada. Me encantan los caracoles.. Las salsas exquisitas, los peus de porc, las brochetas, la carne y el pescado, conservan todo su sabor, con ese toque especial, en condimentos, y aceite que hace más apetitoso el plato, además el acompañamiento es el justo pero sobre todo esas patatas, que no son como en otros sitios congeladas y refritas, aquí se ve que utilizan aceite de oliva, nada de freidoras, además el carbón de encina le da un toque. Y yo golosa nata, disfruto con los postres diferentes que hacen. Y mis niños juegan en el jardin sin peligro.

Nos recomendaron este restaurante y la verdad es que acertaron, una masía con un jardín precioso y un trato muy familiar. La comida excelente, a recomendar un foie con compota de manzana, y una terrina de galtas super melosa. Los postres muy bien decoraditos. En fin calidad precio muy recomendable.

No es la primera vez que comemos en este restaurante y tengo que decir que siempre habíamos comido bien, la relación calidad precio es buena, el ambiente y la decoración tanto en el interior como en el jardín es acogedora y el trato correcto.

Ayer por la noche fuimos cenar, fuimos los únicos quizás el tiempo no acompañaba, pedimos de primero unas "graelladas de verdura", o sea verdura a la brasa que también puede ser a la plancha yo suelo hacerla así, el único secreto del plato es hacerlo y servirlo de inmediato, pues bien, la graellada era como una especie de "fritanga" de berenjena medio escalivada, medio frita, dos trozos redondos de patata crudas en el interior y semifritas por fuera, un esparrago verde, un trocito de pimiento escalivado, y una cebolal también escalivada pero cruda, todo chorreando aceite.

Los segundos uno era bacalao, excesivamente desalado o sea insípido, el aderezo era pasable.

Yo pedí lubina, cualquier parecido al sabor de dicho pescado era pura coincidencia, mas bien sabia a arengue, quizás por haber estado con bastante sal con la intención de conservarlo varios días, el acompañamiento unas patatas troceadas fritas y con excesivo aceite.

Lo único que se salvó de la cena fue la pirámide de chocolate un postre que llevan tiempo elaborando y que con algunas modificaciones a lo largo del tempo les sale muy rico.

Lo siento, por nosotros y por ellos.