Restaurante: Gastrobar Gozatu

Estuvimos cenando el menú de 12,50 en el gozatu en plaza nueva, tomamos buñuelos de bacalao y ensalada cesar para compartir y de segundo rodaballo y costilla asada. La comida estaba buena, la ración aceptable, el servicio fue ágil ya que era viernes y no estaba del todo lleno. Sin duda repetiría. Pd: la decoración y dimensiones del local hacen que se esté agusto.

La comida... Bueno, pasa, aunque por el precio que pagas, la calidad podía ser mejor o más abundante la ración. El servicio horrible, se equivocaron en la cuenta y tardaron más de 30 minutos en sacarnos un simple pintxo caliente (foie) a pesar de estar preguntando unas cuantas veces por el dichoso pintxo, según ellos "ya salía" y el comensal que lo pidió nos vio comer a todos los demás, y él esperando, y viendo salir pintxos de otras mesas que habían pedido después... La verdad es que la impresión que nos dieron fue malísima, de que el cliente no importa, y que sólo les importa cobrar (porque eso sí, el pintxo que no salía, te piden pagarlo por adelantado, y al precio de más de 4€). No volveremos, hay cientos bares en el casco viejo donde los camareros son más simpáticos y te hacen el poteo infinitamente más agradable, sin chafarte el día.

La comida no es nada del otro mundo. Es un quiero y no puedo. Lo mejor es comer pintxos porque a la carta y el menú son caros. El trato fue muy despectivo, sobre todo, el de una camarera rubia la cual nos obligó a levantarnos de la mesa cuando acabábamos de comer porque quería sentar a otras personas que querían comer un menú de fin de semana, alegando que ya nos había avisado que lo tendríamos que hacer, cuando se refería a otras mesas que fueron ocupadas después de llegar nosotros. Se notaba que lo primaba era ganar dinero rápido y no un trato correcto a los clientes. Varias parejas abandonaron el lugar con mala cara y peor disgusto. No volveré. Hay otros sitios donde ir cerca. La comida, sin más. Quieren hacer de todo, pintxos, raciones, menú carta elaborado, ensaladas,.... Pero nada es del otro mundo. Raciones pequeñas. Trato déspota y desagradecido para haber pagado entre tres como dos menú-fin de semana.