Restaurante: Goikar

Estábamos de paso por tema de vacaciones, fue una sorpresa, amables y comimos muy a gusto, tal es así que al día siguiente repetimos y encargamos una paella de marisco, muy rica. El interior es pequeño pero muy tranquilo, y la terraza muy bonita, aunque como hacía frio no pudimos disfrutar de ella.

Es un restaurante con servicio a domicilio desde 2014, se pueden hacer pedido directamente ó a través de la nevera roja, me encanta la nueva carta enriquecida con gustosas paellas de marisco o las hamburguesas vegetarianas. Ahora en invierno también puedes disponer de #alubiadas y el sabrosón #chuletón # goikar. Relación calidad precio muy bien. Como siempre tienen el menú del día de lunes a viernes por 10. 95 €. Los fines de semana solo abren previa reserva con menú especial, para cumpleaños, reuniones familiares etc si hace bueno os recomiendo comer en la terraza, con buenas vistas a la ría y al parque de las palmeras. Entre los productos que he visto en la carta de reservas preparan bacalao a la vizcaina ó al pil-pil, chipirones en su tinta, carrilleras de ternera en salsa de pasas, codillo con puré de patata y castañas, callos a ala bizkaina, patas de cerdo, pulpo a la gallega, en fín y todas las tartas y gofres que hacen ellos. Una locura.

Compramos un cupón en groupalia de un menú vegetariano goikar y aunque es un rte bar tradicional tiene opciones para vegetarianos y verano todo el año. Nuestro menú tenía unos espárragos buenísimos croquetas veganas y croquetas de hongos hamburguesa con pisto y algas y de postre probamos la tarta de piña y el gofre con chocolate. Buena comida ideal sí además puedes comer en la terraza.

Fuimos a este bar muy ilusionados porque era la primera vez que íbamos a Bilbao y teníamos un cupón de subastas de ocio que lo vendía muy bien. El resultado fue horroroso. Una morcilla quemada, rabas de calamar con tempura japonesa (no había tempura siquiera) de congelador. Luego un entrecot con patatas fritas, pero no era ni entrecot, muy pequeño y venían cuatro patatas fritas de congelador mal contadas. Con el postre nos dio a elegir entre dos opciones y ya hartos le recriminamos que en nuestro cupón había o gofre u otra cosa (no me acuerdo que era, yo quería el gofre). Nos trajeron un gofre, pero partido por la mitad una para cada uno, también quemado y con más azúcar que otra cosa. Como nos olíamos que nos iban a clavar por la bebida que no estaba incluída, solo pedimos dos botellas de agua de medio litro. Resultado cuatro euros. El baño daba auténtica pena. El de hombres no tenía ni retrete ni nada por el estilo, un simple agujero. Muy mal cuidado, olía fatal y está a un solo metro de las mesas. No sé como no les da vergüenza. Solo les faltó reirse de nosotros. No he salido más descontento de un restaurante en mi vida.

Fuimos con un vale de offerum, nos sacaron entrecot en vez de chuletón, cuatro tristes pimientos y una ración escasa de patatas. Como la bebida y los postres no estaban incluidos, nos cobraron 14€ por dos botellines de agua y dos postres, vamos un timo. En total 40€. El local deja mucho que desear ya que ni siquiera es un restaurante, es un pequeño bar de barrio con antiguas instalaciones. No volveríamos ni aunque nos lo regalasen.