opiniones sobre el Restaurante Guillermo

Es sin lugar a dudas el mejor lugar para comer en la alpujarra, tanto por la calidad de sus productos como por la cuidada elaboración de las comidas. El trato es de lo más agradable. Las tapas que sirven junto a las consumiciones (tradicional en toda la provincia de Granada) siempre nos sorprenden por su variedad, abundancia y exquisitez. La carta es amplia, habiendo platos para todos los gustos. Tienen sus propios huertos de hortalizas, árboles frutales, olivos y viñedos, con los que en su bodega chumpaneira elaboran sus deliciosas especialidades. El aceite de primera presión en frío es de lo mejorcito con diferencia de todos los de la zona.

La familia cifuentes atiende al cliente de forma acogedora, haciendo que este se sienta como en su casa. La comida esta increíble........ Pero increíble os pidáis lo que os pidáis todos los platos son exquisitos..... Yo que soy de buen comer.... Vamos que me como siempre por dos...... Deciros que sobro comida en la mesa..... Mañana mismo subo desde motril en bici con otros 4 amigos y es una parada que se tiene que hacer...... Pasar por allí y no pararte a tomarte un buen vino o una cerveza fresquita con las delicias de tapas que ponen allí y sentado en su gran terraza techada con las parras y cañizo. Siempre valdeaaaa..... Es decir le echan todas las mañanas un mangerazo y sientes que estas en un sitio fresquito y en plena naturaleza.

Yo cada año que voy ha almegijar tengo que ir a comer, porque es como el fumador que no puede pasar sin el cigarro. Es magnifico, calidad precio y sobre todo el trato, siempre que voy, cuando me marcho me voy más satisfecho que el año anterior. Un saludo guilermo.

Mi pareja y yo fuimos a visitar la Alpujarra, y al hacer una parada dos parejas muy amables, nos dijeron que si queríamos comer bien, que no dejáramos de ir al restaurante Guillermo. Aún estamos impresionados del servicio maravilloso, la calidad de sus vinos de cosecha propia, sus aceitunas, su aceite. Esas migas esoso huevos el choto el postre deliciosa tarta de queso. Bueno en general insuperable. Y la panorámica desde la terraza buenísima. No os lo perdáis.

Hemos parado a tomar su mosto casero tan tradicional en esta zona. Estaba realmente rico y especial... Con el vino ha venido un platillo de olivas del año, de sus olivos y curadas por ellos que estaban francamente deliciosas, que nos han deleitado y al rato apareció la amable y sonriente cocinera con una tapa de papaw a lo pobre como no hemos probado otra igual!!... Su aceite este año compite de bueno consigo mismo... Las pocas lluvias del verano han hecho una aceituna muy gustosa que ha merecido la felicitación de la almazara ecológica "la flor de la alpujarra", donde lo muelen. Ante tal maravilla no dudamos en pedir un segundo vino, cuya correspondiente tapa ha sido de migas con pimientitos fritos que también nos ha encantado. Hemos comprado rosaditos y auténticos huevos de sus gallinas criadas en libertad. En cada temporada van variando las hortalizas según su producción propia y cultivada al estilo tradicional, sin pesticidas ni abonos químicos, que resultan de un especial y confortante sabor a alimentos casi olvidados hoy en día... El café asimismo excelente.. En fin, podría no parar de contar maravillas.. El servicio atento, amable y familiar.. El lugar precioso... Imprescindible en las escapadas a la mágica y especial alpujarra!!

Está muy bien situado (cerca de pampaneira) y es fácil de aparcar. Fuimos un domingo y al haber mucha gente y solo un camarero, tuvimos que esperar un poquito más de la cuenta a que nos atendieran (pero dentro de lo razonable). Lo que sí me molestó fue que el camarero nos obligara a pagar por un plato que no pedimos. Me explico: pedimos pollo al ajillo; al cabo de 30 minutos vino a decirnos que ya no quedaba y nos ofreció pollo a la cortijera (o algo así). Le dijimos que no queríamos, pero el hombre insistió en que lo probábaramos. Accedimos a probar el plato que nos trajo y al final nos lo cobró como si fuera un plato completo, a pesar de nuestras protestas. Eso no está bien, hombre, a pesar del estrés que puedas tener. Fue un gesto muy feo. Salvo eso, el sitio es agradable.

El restaurante no está mal, pero el servicio deja mucho que desear. Tardan mucho en atenderte y en nuestro caso, el camarero intentó engañarnos en la cuenta.

Nos resultó muy agradable comer en la terraza. Muy buena comida y servicio excepcional. La relación calidad precio es muy bueno.

Este restaurante es excelente para para comer mientras se va de paso por las Alpujarras y hace uno un alto en el camino. Para coger fuerzas)