Restaurante: Hostal Don Juan

El menú muy económico teniendo en cuenta la calidad de sus platos. Cambiaron recientemente de dueño y se ha notado mucho en el sabor. El trato y la comida son insuperables y el salón muy agradable. De los mejores restaurantes de Madrid en los que hemos comido. Altamente recomendable!

Me parece un gran restaurante, he estado varias veces, y aunque cambio de dueño, sigue siendo a mi gusto muy bueno, tomamos una caldera de marisco flameado muy bueno, y un tronco de merluza excelente lo recordamos todavia, cada vez que hemos ido, muy bien en todo, volveré muy pronto de nuevo, en cuanto al precio calidad muy bien, los que vamos a restaurantes sabemos lo que es bueno y malo, y no es lojico, pedir productos de buena calidad y esperar que valgan 20 euros, esto es para los que critican, para eso están los bares con menús, pero un gran restaurante y comer bien no debe de bajar de 50 euros, de lo contrario no puede ser de muy buena calidad, y lo digo sin animos de defenfer a este restaurante, si no a la gastronomía en general, los domingueros quieren buen marisco y buena carne por 15 euros eso no existe ni aunque la compres tu, reciban un saludo, y perdon por los que se molesten gracias, mi nombre es angel diaz, y mi dni 1370844k ,

La verdad es que a mi también me pegaron una buena clavada, muy lentos y la comida sólo pasable. No lo recomiendo

HABLEMOS DE SU RESTAURANTE DON PEDRO:
El local es un asador... antiguo... pero no está mal. Las mesas son amplias y tiene un buen número de camareras aunque la mitad de ellas no entendían bien el español y costaba pedir.
La rapidez es algo que desconocen en este restaurante. Entre cada plato una media hora...
La comida... realmente pésima. Es una vergüenza la relación calidad precio. Además de soplarnos 190 euros yendo 4 personas, cuando atentamente se le explica al encargado "qué tal es la comida que sirven" su actitud deja mucho que desear.
Nunca vayan a comer arroz con bogavante. Vayan a la marisquería de la plaza, realmente excelente. Aqui... aguado, salado y, en definitiva, una sopa, donde la frescura del marisco brilla por su ausencia.
Si tiene fama por ser un horno de leña puedo entender que los pescados y mariscos no sean su fuerte. Pues permítanme decirles que tampoco lo son las carnes. El cabrito asado no sabe a nada. Es decir, te puedes estar comiendo cualquier otro animal insípido que si te dicen que es cabrito te lo crees.
En ningún sitio que haya visitado he comido tan mal y me he sentido tan robada y engañada como en éste.