Restaurante: Jardín Leandra Restaurante

Era la primera ves que íbamos a este restaurante. Nos quedamos impresionados por el sitio, es precioso, cenamos en el jardín y la comida fue buenisima. Lo recomiendo cien por cien. El precio muy aceptable.

Estuvimos por la noche y mejor ni lo comento. Solo digo que no van a durar mucho. Aptitud misera. Sobran las palabras. Jamás volveré a ir. Advertidos quedáis toda España.

Fuimos porque nos había gustado mucho la idea de almorzar en el jardín del restaurante. Llegamos a las 14:00. Comensales 18. Para empezar los camareros solo traían bebidas. Aunque había 2 pendientes de la mesa, ninguno tomaba nota de la comida. La encargada de mesa cuando aparece toma una comanda que parece un tetris. A las 17:00 (la cocina suele cerrar a las 4 decían ) empiezan a venir platos. Imaginaros como estábamos ya. Pero no vienen todos a la vez, como en todo restaurante que se precie. Cuando unos habían terminado de comer llegaron los platos de otros, que hasta entonces solo habían tomado bebidas. Llegaron platos erróneos, y los platos de 3 comensales quedaron sin servir. Por supuesto, postre no se nos ocurrió pedir, pero sí una hoja de reclamaciones motivados por el pésimo trato, casi insultante, de la responsable de mesa, la que unicamente tomaba la comanda. Todos los fines de semana, para almorzar y cenar lo hago en restaurantes o bares de todo tipo y gusto, pero hasta ahora no había visto nada tan pésimo como este sitio. A quien le guste pagar un pico, por un pésimo servicio gracias a la encargada de mesa (ninguna culpa los camareros), salir muerto de hambre, enfadado, con la velada destrozada y pagando un pico haber tomado casi solo bebidas, que vaya. Al menos, a nadie de los que fuimos, se nos ocurrirá repetir y mucho menos recomendarlo, con la de sitios buenos que hay en Sevilla.

He asistido como invitada a una comunión en mayo 2010 a jardín Leandra, me ha encantado, la comida ( magnifico salmorejo), el servicio sinpatiquísimo y sobre todo el sitio y su decoración maravillosa. Un lugar en el que no parece que estés en Sevilla.