Restaurante: La Capella

Totalmente recomendable si buscas pasar una velada con tu pareja, la comida buenísima, la terraza preciosa con todo detalle y las vistas espectaculares por la noche. El servicio ideal y atentos. El gerente "floren" nos encantó conocerlo porque fue una persona encantadora y muy cercana. En conclusión lo recomiendo al 100/. Como plato estrella solomillo con foua al oporto. Volveremos seguro.

Las vistas son magníficas desde la terraza. La comida de gran calidad y el servicio no es lento. Recomiendo el calamar. Lo único es que es caro para lo que es.

Me reitero y me identifico bastante con la opinión anterior. El restaurante es super chulo, sobre todo de noche, con sus vistas y su terraza preciosa. El servicio bastante lento, en pedir, en servir, en recoger, en la cuenta,... A mi también me pasó que el jefe de sala me explicó, en dos veces, que no era posible una fideua y una arroz al horno, cuando en la carta lo ponen como individual y sin ninguna alusión a que se sirva a mesa completa o una paella por mesa. Tampoco explicó el postre "cantado" osea, que te lo dicen de viva voz y luego te sale por 5,45 un flan de café (riquísimo eso si) y 5,85€ una tarta casera (buenisima también). La ensalada de ventresca, muy fresca y de calidad, pero a 15€ ya puede serlo. El pan con tomate también puede ser del bueno por 1,22€ la ración, que por poner se la pusieron sin preguntar hasta a mi niña de 2 años que casi no tiene ni dientes. El arroz al horno, muy rico, algo requemado y pegado, con poco arroz para ser 2 pax, pero estaba muy bueno por 25,64 los dos. El litro de agua te lo soplan a 2,73€. En resumen, 70€ por 1 ensalada, 2 arroces al horno, pan y 2 postres, 1 agua y 3 claras. El lugar, la ocasión, la belleza de las vistas lo merecen, pero digamos que con 10€ menos en la cuenta y algo más de cortesía y agilidad me hubiese quedado con mejor sensación.

En un principio la entrada, la terraza con buenas vistas y el local, me gustaron, pero a partir de ahí empezó a gustarme todo lo demás. Comenzando por el servicio, creo que había pocos camareros para la gente que eramos y además se notaba que no eran camareros. Ponían buena intención, eso sí, pero el servicio dejaba que desear. El jefe de sala, que se encargaba de tomar nota, pues para decirlo suavemente,igual como gerente es una maravilla, pero cara al público no es su fuerte. Sólo quería tomar nota rápidamente y si le pedías información sobre algún plato o recomendaciones, pues que te dejaba igual, sin información y sin saber que pedir. Luego la cocina muy lenta. El local estaba lleno, pero creo que eso no debe servir como excusa. Y finalmente la cuenta. El precio para un restaurante bueno sería normal, pero para uno bastante regular, que fue lo que yo vi ayer, me pareció caro.