El privilegiado enclave del restaurante hacen de él un mirador vip de la ciudad de toledo. Fuimos a comer y de día es espectacular... Supusimos que de noche con la ciudad iluminada como marco debe ser mágico. La comida muy muy bien elaborada, tanto las carnes como los pescados. El ambiente relajado, sin agobios, no hay muchas mesas lo que permite que comas sin tener que escuchar la conversación del de al lado. Ideal para ir con la pareja o una reunión de amigos tranquila. La milhoja de foie, queso de cabra y cebolla caramelizada... De escándalo. La caza buenísima, en su punto, el pescado en formatos muy originales y sabrosos y los postres... De pecado. Es un restaurante para "quedar de lujo" e impresionar tanto a la vista como al paladar. No es barato, con un vino medio el precio rondaría los 40-50€ por persona, pero de verdad, que las calidades lo merecen. Un 10 a la atención.