Restaurante: La Tabla

Es, con mucho, mi restaurante preferido. Comenzamos por un pan de elaboración propia, artesanal, caliente... Una auténtica delicia. Y todos los platos, estupendos, pidas lo que pidas. La carne te la sirven en el punto en que tú quieres y el pescado, fresquísimo. Todo es recomendable. Y de postre, hay uno que no recuerdo cómo se llama -algo similar a "muerte por chocolate"- que es exquisito. El precio corresponde a un buen restaurante, pero siempre es bastante más barato que en Madrid, por ejemplo

Ha sido una comida excelente en todos los aspectos;esperemos poder repetir muy pronto, nos encantó todo un saludo

Fui a La Tabla porque una amiga me dijo que era su restaurante preferido y ahora es el mio también. Tuve algún problemilla para encontrarlo pero mereció la pena. Me agradó mucho el trato tan amable y profesional de todo el servicio. La comida estaba exquisita. Todo en su punto. El pan, de elaboración propia, muy bueno. La presentación de cada plato, no solo de los alimentos, sino la elección de la vajilla, la cristalería, etc.. era muy acertada. Las raciones abundantes. No había ruido, ni humo. Las mesas estaban lo suficientemente separadas como para no tener que participar de conversaciones ajenas. Y lo mejor el postre: coulant con chocolate caliente y helado de mandarina, ¡manjar de Dioses!

La comida, perfecta. Las proporciones justas, sabores inolvidables y creativos, texturas apropiadas a cada plato. La milhojas de foie, manzana y jamón ibérico imprescindible. Pescados y carnes en perfecta cocción. Cuidado con el pan de la casa porque es una verdadera tentación.

Impecable servicio y el ambiente muy agradable y cuidado. Amplia variedad de vinos. Por supuesto, entre 60 y 75 euros (o más, todo depende del vino) por persona, pero no saldrás ni defraudado, ni con hambre! Y al salir, prepárate a volver...