Restaurante: Llagar el Quesu

Hacía tiempo que no comíamos una parrillada tan mala. La carne estaba seca y daba la impresión de ser la carne guisada de un mal cocido

Éramos fans de este sitio al que no íbamos hacía tiempo y al que volvimos el pasado sábado y menuda decepción. Nos atendieron 3 camareros diferentes y la espera para una parriliada sencilla 20 minutos, los postres fueron devueltos a la cocina. Y la nota en relación comida cara.

Gran sitios con una decoración tradicional y una carne de primera claidad me ha encantado y eso que soy de buen paladar aunque parece un sitio tosco el jefe que pasea por la. Barra es atento y servicial y una ves en la mesa el servicio es exquisito el camarero que nos atendió muy correcto el único fallo es que los postres no son muy elaborados aunque creo que poca gente llegue al postre

Muy muy mal todavía pienso en lo mal que comi en este restaurante, tenia que haber puesto una reclamación, me habían hablado bien, a mi me gusta mucho comer y he tenido la suerte de comer en buenos restaurantes de España. El segundo plato pedi un chuletón bien hecho, tardo 30 minutos y casi crudo, le dije al camarero que por favor me lo pasara un poco mas,otros 20 minutos, y cuando llega con aquel chuletón daban ganas de tirárselo al suelo, estaba remojado a más no poder en aceite, estos señores lo habían metido en una sarten llena de aceite la chuleta y había absorbido todo el aceite, les salvo que iba con mi novia, si no les monto un pollo de la ostia. Muy mal no lo recomendaría en absoluto. Cero cero cero

Unos amigos de Oviedo nos llevaron a este llagar donde la parrilla, al parecer, era la reina. Reservamos mesa (que si no no habría sitio) y allá que fuimos. Amplio, limpio y con bastante clientela, los camareros circulaban sin parar y nos atendieron rápido y con profesionalidad. Merece la pena ver el tamaño de la parrilla y el buen oficio que hay al manejarla. La comida fue buena, muy buena, a base de chorizos criollos a la parrilla exquisitos, pastel de cabracho muy suave y una ensalada para compartir. Todas las raciones eran generosas, buenas y bien servidas. Después le llegó el turno a la carne: costillas (de cerdo y ternera), solomillos y entrecots... Un festival carnívoro. De postre compartimos un par de raciones de tarta de queso porque ya casi no teníamos más hambre (y todos somos de buen comer!! ) Todo fue regado con unas buenas botellas de tinto crianza y agua y acompañado de pan. Se pidió la dolorosa y cuando yo me hacía una cuenta mental de 35 - 40 eur por persona, tocamos a 25 con propina incluida! Salí con una sonrisa en la cara por todo lo acontecido en el interior de ese templo del yantar. Y con la firme intención de volver pronto :)