La atención de las dos camareras muy buena. La relación calidad-precio de la comida mal. Pensábamos volver un domingo a probar el menú-degustación, pero lo hemos descartado.
Todo correcto el servicio muy atento instalaciones bien y el lugar perfecto para darse un buen paseo después de comer
De lo mejor, como siempre, buen trato, excelente comida y un entorno maravilloso, son muchos años conociendo este restaurante y sin duda el mejor de Rascafria
El restaurante los Claveles de Rascafría me ha decepcionado, han tardado 35 minutos en atenderme y eso que tenía reserva. Eramos tres personas y nos han traído un aperitivo consistente en dos aceitunas y dos guindillas. Lógicamente uno de nosotros se ha quedado sin aperitivo. Los platos bastantes escuetos, el cochinillo pasable y el lomo de jabalí duro. Unicamente decir que el pan estaba bien. A la hora de cobrar han tenido mi tarjeta de crédito como 5 minutos en el datáfono, hasta que me he hartado y he cogido la tarjeta. Os deseo que no tengáis una comida como la mía si tenéis que ir a este restaurante. Por último los servicios sucios y no funcionaba la cisterna.
Nos encanta el entorno, hemos repetido varias veces y sobre todo el cochinillo es buenísimo, muy tierno. La atención buena. Siempre salimos contentos.
Restaurante ideal para naturaleza el paraje es precioso el asado de cochinillo es excepcional esuve el sábado y me encanto el hojaldre de boletus es excelente.
Decepcionante. Estuvimos el domingo 4 personas, pedimos salmorejo y nos pusieron un gazpacho aguado, que no tenía nada de excepcional. De segundos, una pareja pidió cochinillo (que no estaba mal) y la otra platos sueltos, que eran bastante excuetos y de guarnición: una cucharadita de mermelada de fambruesa, otra de puré de manzana y 2 corazones de alcachofas de bote. No son platos nada generosos. La carta es bastante limitada, que para nada tiene todos los platos que vienen el la página web. Los postres sólo 4 y 1 sorbete. Pedimos profiteroles y fue decepcionante también. Finalmente, el precio fue 143€; lo cual nos pareció caro para lo que realmente habíamos comido.