Restaurante: Mesón el Jucar

Pesimo no pienso volver nunca más, al igual que mis amigos que acudimos a la cena. Nada más entrar la camarera nos recibió con una de sus peores caras (aunque quien sabe, lo mismo era la que tiene siempre). Nos miró con desprecio por ir a las 10:40 e incluso soltó un "puf" y les pregunto a los de la barra la hora delante nuestro y nos volvió a echar una mirada de arriba a abajo con asco. Todos nos dimos cuenta pero era una cena de amigos y por no estar buscando otro sitio decidimos sentarnos. Después nos atendió un chaval joven sin experiencia ninguna, sordo y que no se le entendía al hablar. Se liaba al quitar la mesa y se llevaba las bebidas llenas y los vasos a mitad de la ceba y teníamos que decirle nosotros como hacerlo. Pedimos dos platos de aperitivo al centro (calamares y bravas), éramos 8 y los calamares la chica del principio se lo volcó encima y ni pidió perdón. Pedimos después dos platos de carne a la brasa y un postre por cabeza. Salimos a 30€ por cabeza además de con hambre. No nos lo podíamos creer. Peto para rematar la cena tuvimos que aguantar charletas entre el chico de la barra y el camarero joven a gritos con comentarios homofobos, que como este último se ve que era sordo y no hablaba pues los repetía y en voz alta (que si putos maricones, que si que asco de gente, etc). Cena penosa. Para nada recomendable.