Restaurante: Mesón Las Palomas

Llegamos valsaín buscando un sitio donde comer y entramos en el mesón las palomas. Pedimos de entrante los torreznos, que parecían panceta frita, y un vino de la casa y nos traen la botella abierta de ribera del Duero con un corcho de rioja. Pedimos que nos cambien la botella y que la abran en la mesa, sin recibir ningún tipo de disculpa de la camarera. Pedimos el secreto ibérico con brie (16,50€), con la mala suerte que uno de ellos tenía una mosca entre el queso y la carne. Reclamamos a la señora camarera y simplemente nos indica que pidamos algo más de la carta. Cuando pedimos la cuenta nos la traen y nos cobran el pan que ni siquiera nos traen a la mesa. Es una pena, el sitio es precioso, pero el trato de las camareras malísimo y la relación calidad precio pésima.

Lo conozco hace tiempo y me entristece decir que la comida no es lo que era. Los torreznos ahora son panceta frita que quitando la primera capa es tocino. El cordero asado parece cocido. En la anterior visita el cochinillo estaba recalentado. Y estos son sus platos estrella. Sí coincido en la amabilidad de la seńora mayor. Una pena¡

Restaurante rural, sencillo de bellísimas vistas. Para todos los bolsillos, nosotros comimos comida tradicional (alubias de la graja, torreznos) y el precio y la calidad inmejorables. Sobre todo debo mencionar a la camarera una señora de mediana edad, que es un amor de cariñosa y eficiente. ¡enhorabuena!