Restaurante: Mesón La Oficina

Manteles agujereados, servilletas viejas, los camareros se cabreaban entre ellos delante de nosotros. Cantidades pequeñas con precios de lujo y un servicio muy básico. No os lo recomiendo

Buenos días, entramos en este restaurante porque alguien de la ciudad dijo que estaba bien. En fin, quizás fueran familiares del dueño... Por motivos laborales he comido en restaurantes de todo castilla y león y he de decir que este es sin duda el peor. El trato de los camareros fue muy malo, parecía que todo lo que pudieras pedir era una ofensa. En cuanto a la comida, quizás tuviéramos mala suerte. Yo no soy muy amante del cochinillo, así que me decidí por unos champiñones con jamón al ajillo. A pesar del hambre que tenía y de casi media hora que nos tuvieron observando una ensalada compartida en medio de la mesa, no pude con ellos. Las otras dos personas pidieron lo propio, cochinillo. Una de ellas dijo que no estaba bueno y la otra lo dejó en el plato después de probarlo. Además de comer congeladas de frío porque el aire acondicionado apuntaba directamente a nuestra mesa (pedir que lo bajaran no dio gran resultado) pasamos unos veinte minutos esperando a un café que tuvimos que pedir a tres camareros diferentes. En total sí fueron unos 75 euros tres personas, pero es un precio "estándar" por el que esperas una buena comida y un buen trato. Yo no lo recomendaría en ningún caso...

He comido el pasado 30 de diciembre 2009 con mi pareja y he quedado defraudado. El maître un tanto hosco; señala las mesas disponible como enfadado con el mundo. El resto del servicio rápido y correcto, pero si falla el maître no se puede dar otra puntuación al servicio. Lo peor e imperdonable ha sido la comida. Después de una sopa castellana correcta y de unos judiones ciertamente buenos nos hemos encontrado con las dos raciones de cochinillo claramente recalentadas y eso en un sitio que es su especialidad y con horno antiguo etc. Es inadmisible. No digo que fuesen de ayer, que a lo mejor, pero al menos si que habían sido hecho con mucha antelación, horas, porque había zonas frías y la piel sin embargo tostada y caliente. Tengo que decir que a las dos estábamos sentados en la mesa, no era un problema de horario... Es una pena porque el bicho si parecía bueno, y probablemente lo estuviera en su primera cocción... Pero no tuvimos esa suerte. En consecuencia la relación calidad-precio es también mala. El ambiente y entorno, al menos en el primer piso en el área de no-fumadores, es correcto y agradable, qué pena que no estuviera acompañado por lo demás. En fin: no lo recomiendo.

Día 19 de diciembre, vamos a comer en el sitio donde nos recomiendan y que reservamos el día anterior mesa para cuatro personas y cuando llegamos nos saca una hojita el camarero diciendo que no figura nuestra reserva, le insistimos con nombre y con hora e incluso le damos señas de quién nos apuntó, pues nada, él insiste que no tenemos mesa pero que hay sitio, nos sienta de mala forma, cuando llega a tomarnos nota el jefe de camareros ni nos saluda, "... Haber, que quieren... ", mejor imposible, la cosa se va animando. Si es verdad, en la mesa de al lado nuestro están de comilona una super pandilla de niños bien engominados con la colección de cocodrilos y caballitos completa. No vuelvo.

Muy buen sitio para una gran comida con un buen trato, todo en un nivel mas bien alto sin destacar en nada pero sin defrauda tampoco en nada