Restaurante: Mesón Sietamo

El mesón de Sietamo es un restaurante encantador, en que los primeros aromas que emanan de sus puertas, te invita a pasar una muy buena sesión gastronómica... Solo entrar ya te encuentras con un trato más que agradable, y tras informarte de la configuración del local, te invitan a elegir el lugar en que gozar de sus buenos quehaceres. La pieza central del local es la zona donde se asan, y fríen gran parte de sus encantadoras carnes. Yo elegí un revuelto de espárragos trigueros, con ajillos y gambas, —fenomenal—, y como segundo una longaniza bien pasada por el grill, —excepcional, mmmmm!!! —. El postre ya no me acuerdo, pero por la época debía ser algún tipo de helado, nada que no se pueda encontrar en otro restaurante. No está situado en un lugar de mucho tránsito, pero es un buen motivo perderse por aquellas tierras aragonesas, oscenses en particular, para conocerlas y disfrutar de un ágape de alto nivel. No buscaba platos ridículamente decorados con una hojita de menta, y cuatro cosas que, sin duda, te dejan con hambre, allí la comida es abundante, y lo mejor, muy suculenta. Yo disfruté mucho, y repetiría si me acercase por aquellas tierras!!!

El mesón de Siétamo es un restaurante encantador, en que los primeros aromas que emanan de sus puertas, te invita a pasar una muy buena sesión gastronómica... Solo entrar ya te encuentras con un trato más que agradable, y tras informarte de la configuración del local, te invitan a elegir el lugar en que gozar de sus buenos quehaceres. La pieza central del local es la zona donde se asan, y fríen gran parte de sus encantadoras carnes. Yo elegí un revuelto de espárragos trigueros, con ajillos y gambas, —fenomenal—, y como segundo una longaniza bien pasada por el grill, —excepcional, mmmmm!!! —. El postre ya no me acuerdo, pero por la época debía ser algún tipo de helado, nada que no se pueda encontrar en otro restaurante. No está situado en un lugar de mucho tránsito, pero es un buen motivo perderse por aquellas tierras aragonesas, oscenses en particular, para conocerlas y disfrutar de un ágape de alto nivel. No buscaba platos ridículamente decorados con una hojita de menta, y cuatro cosas que, sin duda, te dejan con hambre, allí la comida es abundante, y lo mejor, muy suculenta. Yo disfruté mucho, y repetiría si me acercase por aquellas tierras!!!