Restaurante: MiGaea

El exterior es agradable pero el interior ralla lo ridículo. Han querido ser tan exclusivos que se les ha ido la mano. La calidad es buena, pero también se paga y mucho. Demasiado para lo que es en verdad. Buen servicio. Muy amables. Y con parking, algo de agradecer dada su mala situación. No fue experiencia mala, pero ni repito ni lo recomiendo.

Caro y ridiculo. Eso si, con buena bodega. Es lo único bueno que puedo decir. Si pides carpaccio de presa ibérica necesitaras una espátula para despegar una cosa seca que te sacan en el plato. Es un bonito sitio para tomar un vinito con la pareja pero si se te ocurre entrar a comer... Saldrás con el estomago y la cartera vacíos.

Un sitio donde se ven que no han escatimado en gastos. Nada de vajilla de merchandising ni ceniceros de plástico, sino buenas copas y buen menaje. Una terraza muy tranquila, bonita y, lo más importante, cerrada cuando llega el frío (en realidad es como un porche). Tienen para picar cosas majas. El restaurante propiamente dicho tiene una decoración muy Luis XIII, pero no es frio. Se come bien y el servicio es más que adecuado. Cosas curiosas en la carta, aunque no hay que esperar algo muy moderno, solo "pinceladas". Me encantó el cabrito. Lo recomiendo, y creo que se lo merecen, porque han evolucionado mucho desde que abrieron.

Un local que ha devuelto la vida a esa zona de Getxo. Para comer bien y tomarse una buena copa.

Horrible lugar. Con unas pretensiones ridículas. Caro. La comida es un quiero y no puedo. La decoración de ambos comedores es como de broma. El mal gusto, la cursilería y la horterada en su punto mas álgido. Merece la pena verlo para creerlo. El comedor de arriba es un viaje en LSD, creerme.