opiniones sobre el Restaurante O'Asador

¡excepcional! Vacaciones de Semana Santa en Viveiro. Visitamos el restaurante o asador en el centro del pueblo, que nos recomiendan en una tienda, para comer bien. Nuestro menú, orientados por la casa se compuso de: una ensalada templada que compartimos, (presentación digna de foto), de la que nuestro paladar disfrutó ampliamente junto con el bollito de pan de maíz que formaba parte de las tres variedades que nos ofrecieron. Como plato fuerte, mi esposa degustó una filloa de verdura y setas y yo una lubina a la brasa, todo ello acompañado por un vino godello recomendación de la casa. Fue tal la satisfacción, que tuvimos que compartir nuestros platos, para no privarnos de deleitar nuestro paladar con unos sabores tan suaves y con un impresionante toque de autor. Tan solo una observación: los platos muy abundantes, que nos impidieron llegar a los postres, que quienes nos recomendaron dijeron estar excepcionales. El servicio algo lento, pero satisfactorio, máxime por la fecha de que estamos hablando en plena Semana Santa con el comedor al completo. En resumen, comida muy agradable, digna de la más alta calificación con una relación calidad-precio altamente satisfactoria. El local sumamente acogedor con una excelente música de jazz muy recomendable

Esta Semana Santa hemos estado en este restaurante por casualidad, vimos que en Internet opinaban muy bien y decidimos ir. Es el peor sitio para comer de toda mi vida. Entramos a las 15. 15 y hasta las 15. 50 no se pasaron por la mesa ni a tomar nota, ni siquiera de las bebidas. Sirvieron las bebidas a las 16. 00 y estuvimos esperando al primer plato hasta las 16. 45 hasta que hartos de esperar decidimos marcharnos. No nos dieron ni una explicación, ni una disculpa. Tengo que decir que no fuimos los únicos, hubo otra mesa en la misma situación. El servicio es nefasto, y no lo recomiendo para nada. Cualquier bar de los alrededores le da mil vueltas.

Me gusta mucho este restaurante, sobre todo la carne de buey. Hasta esta Semana Santa siempre muy buena, pero al parecer ya no es la misma. Confío en que sea casualidad pues de no serlo. No recomiendo esta carne. Se puede encontrar en cualquier sitio y más barata. Eso si todos los demás platos, postres, pescados etc... Muy buenos. La carne de buey es exclusividad de pocos restaurantes, este era uno de ellos, espero que cuando vuelva a comerla sea la de siempre o me sentiré decepcionado, por el abaratamiento de costes en lugar de la satisfacción de sus clientes. Gente de Madrid.

Horrible. Nunca he estado en un restaurante en el que el personal (incluido el propietario) mostraran tan poco interés en el cliente.. Y la comida sin arte ninguna.

El pasado mes de Julio estuve en este restaurante. Nos lo recomendaron en un bar, y la verdad, todo un acierto. La comida de 10. y la espera ya estábamos avisados cuando nos sentamos. Lo mismo les pasó a otra mesa que se sentó con nosotros. A la noche preguntamos en el hotel por otro restaurante y nos remitieron otra vez al Asador. Impresionante la cena. Lo malo es la distancia para poder volver más a menudo. Preguntado el señor por la espera, nos contestó que todos los platos los hacía al momento. Yo que viajo mucho, cada día me resulta más difícil encontrar un restaurante que cocinen para mi. Merece la pena, pero ir sin prisa

Solo quiero comentar lo que nos ocurrió en este restaurante el año pasado estando de vacaciones en Viveiro. Una noche acudimos a este restaurante a cenar (somos una pareja con un niño de 11 años) solo había 3 ó 4 mesas pequeñas ocupadas y aún así tardaron bastante tiempo en traernos la carta (unos 15 min.). Una vez nos la trajeron pensamos que el servicio iría algo más rápido, pero para nuestra sorpresa estuvimos unos 40 min. más sin exagerar esperando.

El Sr. X que parecía el encargado o dueño estaba pasmosamente en una especie de barra, a veces hablando por teléfono y otras sin hacer nada y la camarera que le habíamos indicado por gestos que ya podrían tomar nota ni siquiera se atrevía a mirarnos porque ya le había dicho varias veces al Sr. X que estábamos esperando.

Finalmente el Sr. X se acercó lentamente y con aire prepotente a tomarnos nota. Yo para entonces estaba ya bastante molesta y le comenté que si hubiera tardado más tiempo en venir a tomar nota nos hubiéramos marchado. Para nuestra sorpresa, con una chulería increíble nos dijo que aún estábamos a tiempo de irnos.

Obvia decir que nos levantamos inmediatamente y nos marchamos.

Ignoro si la comida de este restaurante es exquisita o no, pero la verdad mi importa una M (disculpad por la expresión).

Encontramos este restaurante en Viveiro por casualidad y esa comida fue todo un acierto, de hecho repetimos a los pocos días.
La comida exquisita, variada y muy bien presentada. ¡Que setas con almejas!. El bacalao O´Asador una delicia, los postres son todo un espectáculo y el trato en todo momento correcto. Si te dejas caer por Viveiro no debes dejar de visitar éste local ya que es un placer para todos los sentidos.

Estuvimos en agosto. Llegamos hacia las 14:00. No había excesiva gente, aunque poco a poco se fué llenando. Nos colocaron a tres personas en una mesa pequeñísima, no se por que razón, aunque supongo que por racanería.

Estuvimos esperando y esperando lo indecible. Vino el pan y no venía nada más. El primer plato no se cuanto tardó. Y el segundo sin comentarios. Dos horas y el postre sin llegar. No lo podíamos creer. Y toda la gente igual: todo el mundo mirando a un lado y otro, asombrado de lo que tardaban.

Las caras de algunos clientes eran un poema. Algunos estaban serios y otros se reían. Una pareja se levanto, les dijeron algo y se fueron. Había dos personas sirviendo. Una pobre chica desesperada que le hacías señas y no te hacía ni caso, y un hombre que pasaba de todo, tranquilo hasta la exasperación. No eran muy habladores respecto a la comida que pedías y sus características. De hecho no te explicaban nada especialmente, lo cual nos disgustó porque trajeron un plato inmenso a una niña de 7 años, además de un hornillo de mano que nos saltaba el aceite a nosostros y a la botella de vino (bien pagada, por cierto), y todo porque nos habían enclaustrado en la mencionada minimesa.

Nos fuimos sin tomar el café, porque no nos atendían. Como suena. Acabamos el postre y no venía nadie a preguntarnos nada. Y además hubo problemas para pagar, porque no venían a recoger la cuenta con el dinero. Tuvimos que levantarnos y darselo en mano. La comida buena a muy buena (tampoco excelente), pero la tardanza y la falta de comunicación e inexpresividad incomprensibles en un local de ese estilo.

Hace unos días tuvimos la suerte de recaer en este local que no conocíamos. Es un local muy acogedor y me parece importante resaltar lo limpio que esta, porque hoy en día esto no es tan habitual. La carta es muy amplia (mariscos, ensaladas, carnes, pescados) y, aconsejados por el personal pudimos degustar una de sus varias ensaladas y sus pescados a la brasa (algo realmente exquisito). Si alguién se decide a ir que deje sitio para alguno de sus postres, aunque parezca increíbles todos caseros...aún puedo saborear esa tarta de chocolate. Y para finalizar os diré que está muy bien de precio, relación calidad-precio excelente.