Restaurante: Palacio de Arriba

Una pena no haber podido utilizar el salón rustico, donde el obrador antiguo de pan. Otra vez sera. No obstante, el salón utilizado muy acogedor y bien detallado.

Estuve en S. S. con más familia por una comunión, la instalación es magnifica, restaurado hace pocos años esta nuevo y muy limpio, el entorno ideal si te gusta el monte, al abrir la ventana solo oyes pajaritos. Para mi un lugar super tranquilo y agradable, 50euros por una doble más 20 por sofa cama para 3 niños, la habitación amplia, el baño como en casa, en fin que volveré si puedo.

Tras acudir días de atras a un acontecimiento en este establecimiento, decir que este bonito sitio falla por culpa de la dueña (por llamarla de alguna manera). Paso a resumir lo que me sucedió: el pasado domingo acudí a un acontecimiento familiar en este establecimiento cerrado el menú hacia 15 dias, lo que sería una agradable velada se convirtió en un pesadilla, tardaron casi 2 horas en servirnos un plato que no tenían constancia de él ya que a la dueña se le olvidó dar el aviso en cocina, habiendo ancianos y niños que no entienden porque se tarda tanto en comer. Durante aquella espera nadie acudió a pedir disculpas solo el camarero. Tras acabar de comer casi a las 7 de la tarde, los anfitriones abonan el importe sin quejarse y eso que faltaban cosas como el champan que tampoco tenían. Se decide tomar algo en la terraza y se cae al suelo un vaso y una botella, saliendo en ese momento la dueña hecha una furia, exigiendo el pago del vaso roto y lanzando una serie de amenazas e insultos que no se merecían más después de haber hecho las cosas mal desde el principio, siendo ella la que debería estar avergonzada por lo mal que se portó. Afortunadamente, no todos los hosteleros de Asturias son así pero esta sra se cree que con prepotencia y altanería va a llegar lejos. Yo, desde aquí, le digo que así, con su forma de ser, no va a ningún lado. Hay que tener un poco de humildad que ante todo somos personas.

Restaurante en la planta 1ª realizado en piedra y madera. Resulta espacioso y acogedor. La carta no es muy amplia pero tiene casi de todo. Hemos cenado a la carta un entrante para compartir y un pescado, 1/2 botella de albariño y un postre. Nos invitaron al café.
La atención ha sido correcta.
La relación calidad-precio nos pareció muy buena.
La sidrería está en la planta baja y para tapear con sidra es ideal.
El entorno es precioso y la terraza está muy bien.
Muy recomendable.