opiniones sobre el Restaurante Pepe Vieira Camiño da Serpe

Hace muchos años que "sigo" a los hermanos torres cannas. Siempre innovando y mejorando... Los platos que ofrece, son una combinación de creatividad sin perder el sabor tradicional de los productos de nuestra zona. Es espectacular ver el trabajo en cocina. El resultado es la buena calidad a precio razonable, teniendo en cuenta que se trata de "1 estrella michelin". El trato en la sala es exquisito. Hay posibilidad de varios "ambientes", bien sea una celebración en pareja, amigos, familiar o grandes celebraciones (bodas, banquetes, de negocios... ) tienen una gran selección de vinos, y es muy aconsejable las recomendaciones del sumiller xoan. Siempre sorprende y acierta. La carta del menú degustación, va variando en función de los productos de temporada.

Estuve en una boda hace 1 mes, me alucinó el entorno con las vistas de la ría, todo cuidado... La comida increíble y una fiesta cuidada al detalle. Como única pega: es difícil llegar por esas carreteras llenas de curvas.

Un servicio lamentable y nada que destacar. Para no ir y no volver en la vida. El jefe de sala, un auténtico impresentable

Pepe vieira, xoan torres y su equipo dan sentido a la anónima frase de que no hay amor más sincero que el que uno siente por la comida, consiguen que por momentos te olvides de que estás en un local, compartiendo o celebrando fuera de tu casa, con un ambiente familiar, de verdadera vocación en el servicio. Su producto, elaboración, cuidando cada detalle, te obliga a no querer olvidar cada sabor....... Y a estar tan cómodo, que de verdad disfrutas los postres con la misma intensidad que los entrantes. Fue una velada inolvidable.......... No sólo por la emotividad de lo celebrado. Sino por el respeto, cariño y empeño en un trabajo realmente bien hecho. Gracias! Beatriz

Me parece un sitio elegante, pero a la vez muy desangelado, sobre todo por dentro. Mucha amplitud pero poco detallista. El entorno es muy bonito, aunque de noche no se aprecia. En cuanto a la comida el menú consta de un total de 9 platos, y acabas bastante lleno, aunque no son de mucha cantidad pero entre un plato de cocido y otro de alubiones, al final acabas lleno. El precio me parece un poco excesivo para lo que ofrecen, solo puedes elegir entre 2 menús, uno que vale 52 y otro que vale 75. Nos ofrecieron que podíamos variar entre los platos de los distintos menús, sin encarecer el precio, y accedimos a cambiar 1 puesto que no nos gusta el queso, y a mayores anulamos 2 platos mas, ellos por su lado no fueron capaces de bajar el precio, ni siquiera cuando le comentamos nuestro desagrado. En este tipo de restaurante deberían de ser más flexibles con el cliente, e informar adecuadamente. Por otro lado te cobran 7 euros por una copa de champange, que se supone que te ofrecen en plan aperitivo, sin informarte sobre su precio. En definitiva, no salimos muy contentos.

Me encantó la experiencia de tomar el menú degustación de pepe vieira (53 euros, 9 platos) con cuidada presentación, servicio exquisito, innovación... ¡vale la pena perderse por unas carreteras complicadas porque el lugar es perfecto1) recomiendo visitar otros restaurantes a los que he ido y me han sorprendido por su calidad , por su ambiente, por salirse de la rutina y por sus precios.

Tanto el restaurante como el entorno me han parecido espectaculares. La comida es como un descubrimiento de mil sabores diferentes, absolutamente increíble, incluso para los menos atrevidos a la hora de probar platos diferentes. La atención es super profesional y agradable. Impecable si os acercáis dejaros asesorar, lo hacen perfecto

Este fin de semana visite con una amiga, que estaba invitada a una boda, el restaurante Pepe vieira. Fuimos para que ella supiese el camino el día de la boda. Al llegar encontramos una pradera verde, llena de margaritas de donde salia un edificio blanco y justo detrás la ria. Como ya era hora de comer decidimos hacerlo allí y fue toda una sorpresa, yo no soy de comer ese tipo de menús pero he de decir que volveré hacerlo siempre que tenga ocasión. Me encanto el mimo con el que se hacia cada plato, he de remarcar el roast beef de rape, siempre lo había tomado guisado y nunca de esa forma, yo y mi amiga decíamos lo mismo, que sabor a mar, la quietud y la tranquilidad de la sala. Lo importante que me sentí o que me hicieron sentir, yo no entiendo mucho de vinos pero supieron recoger todos mis gustos y acertar de lleno, no se si es porque somos mujeres las dos, y nos encanta lo dulce, nos sirvieron un vino dulce frances, ¿creo?, que estaba para morirse. En definitiva, la conversación final con mi amiga fue que no llevase a su novio a la boda y que me invitase a mi que seguro que lo pasábamos mejor.

Sencillamente espectacular. Desde el entorno del restaurante que está en un sitio que no puede ser más espectacular por las vistas y el paraje, pasando por lo acogedor, elegante y romántico que es el interior, y terminando por la buena calidad de la comida y la presentación de los platos. Además de la buena atención en todo momento. Nosotros tuvimos la ocasión de probar el menú gastronómico y quedamos totalmente impresionados por la decoración de los platos y por el contraste de texturas y sabores que hacen que puedas diferenciar cada uno los ingredientes con su sabor propio, cuando los introduces en la boca. Me encantó el lomo de choco que me pareció increíblemente sabroso, la perdiz escabechada, y como no el caldo gallego que nos dieron nada más empezar, ¡sin duda eso nos hizo empezar con buen pie!. Creo que volveré en cuanto tenga ocasión

El lugar es increíble, resulta muy relajante. ¡Apartado del ruido y rodeado de naturaleza! La atención fue correcta y profesional. La cocina, platos creativos y bien elaborados. Como apasionado del vino, una selección excelente.

El emplazamiento es apartado, pero impresionante. El servicio servicio deja mucho que desear. La carta está encorsetada a dos menús de degustación, uno corto y otro largo. Para grupos de más de 6 personas te recomiendan el corto, con lo que no hay opciones. Mi experiencia se vio culminada con unas cigalas en evidente mal estado, algo que no se puede permitir en un establecimiento de estas características.

Un restaurante a la vista muy bonito pero muy poco practico, y profesional. cuando llegue con un par de invitados nadie nos recibió, nos tuvimos que sentar sin que el maitre nos acomodara, pienso que no estaba presente. Despues de tomarnos nota entre plato y plato nos daba tiempo a fumarnos un par de cigarros, en la mesa entre mis invitados se opinaba que el camarero era el que cocinaba también.

Con todo esto pienso volver por que el local es impresionante y a lo mejor estaban empezando y una segunda oportunidad la merece todo el mundo. El acceso debería ser mejorado pues uno puede perderse con facilidad, nosotros acabamos en la armenteira