Restaurante: Fonda Galiana

Entramos a comer, por recomendación de un Sr. del pueblo. Nos atiende una señora que seguro que por la edad tendría que estar jubilada (aunque cada uno si puede que se jubile cuando le apetezca). Le digo que si tiene menú del día, nos dice que no le queda más que paella para una persona, cosa que repitió 3 o 4 veces, que tenía cocido, fideos y ensalada, lo demás sería a la carta. Le decimos que nos saque el plato de paella que le queda y una ensalada. Veníamos de Guadalest de picar en un bar del pueblo. Comimos un dos postres y dos cortados. La sra. Pretendió por ser de fuera cobrarnos dos menús en vez de uno, le dijimos que era abusivo, y lo rebajo en dos ocasiones. La paella de sabor no estaba mala, la ensalada normalita y poca. El local acogedor, de otra mesa de alado también se sorprendieron por el precio. Recomiendo a los de afuera del pueblo que pidan precios y decidan, por que si te ven que eres de fuera te clavan con cara de buena.

Gerentado por dos hermanas, familiar y agradable, y un arroz meloso para morirse! Fuimos cinco adultos y séis niños, comimos entrantes de bonito a plancha, mojama de atún, dátiles con bacon, croquetas de bacalao, pero caseras de verdad, café, bebida y postre. El plato fuerte de arroz cayó, por supuesto. A la antigua, las hermanas te dejan el pote para que te sirvas a gusto. A la hora de pagar, 150€. Casero de verdad, una bagatela. Pocos sitios mejores en ese aspecto.