opiniones sobre el Restaurante Las Cabañas

Cena del día 21 de octubre. 5 comensales y ningono satisfecho. Merluza con almejas cruda. Perdices o codornices sin terminar de descongelar y sin gusto. Chuletillas de cordero con sangre en el hueso. Cocochas llenas de ajos crudos. Postres pequeños y llenos de nata sintética de spray. En fin, un despropósito por la relación calidad (mala) precio (alto)

Gran trato personal. Maria y gerardo hacen sentirte en casa. Profesionalidad y trabajo. La comida extraordinaria.

Magnífico el cochinillo y el vino y muy buenos los aperitivos, el servicio excelente quizás porque llegamos a las dos de la tarde... Luego se empezó a llenar y quizás bajara la eficiencia.

Lo conozco desde niño y ha mejorado por el paso de los años pero la calidad es la misma: excelente.

Es un sitio que sorprende pues estando en un pueblo tiene catergoria de gran ciudad. Siempre superatentos y con ganas de agradar y dar facilidades. No es de extrañar el éxito que tienen.

Sitio excelente, comida muy buena, sin florituras que distraigan: calidad, cantidad y buena cocina. El trato es más que exquisito. Es un sitio familiar pero con atención al detalle y centrado en el cliente. De lo mejor que hay en Salamanca

Excelente relación calidad precio. Buen servicio y muy atentos. Las habitaciones impecables, la comida excelente. Les aconsejo celebrar sus eventos familiares en dicho restaurante.

Somos una familia de la provincia de Madrid, pero de origen salamantino. Decidimos parar en el restaurante las cabañas a probar sus "asados" y la verdad es que nos llevamos una gran decepción, y me explico: el toston que nos pusieron más que asado estaba cocido, y con una textura gomosa. (si es asado, asemos señores) el toston que nos pusieron era de dimensiones extraordinarias y no precisamente por el tamaño de la ración sino por la edad del animal, era un perfecto cerdo, pero ya no era toston. Por lo demás el servicio correcto, pero el precio en los asados es excesivo, pues en la misma zona hay restaurantes con similares asados y más económicos.

Somos una familia de Madrid que, camino de Salamanca, paramos en Peñaranda de Bracamonte. Paramos a comer y la verdad es que no tiene relación la calidad con el precio final. Nos dejamos aconsejar y pedimos el "estupendo" cochinillo y la verdad es que fue una decepción. Estaba no asado, medio cocido, a medias de hacer por no hablar de su excesivo tamaño. Nos decepciono bastante. Para ser un sitio especializado en asados no es el mejor ni de largo. El servicio muy amable.

Encontramos este hotel por Internet, muchas criticas positivas así que decidimos que seria la parada ideal en nuestro viaje hacia Madrid que se realizo este mes de junio. El hotel está muy bien situado, habitaciones grandes impecables, todo fue maravilloso excepto en recepción, pero he de hacer una critica constructiva para que sigáis mejorando, la atención en recepción fue muy mala, tuvimos muchos problemas al reservar, parece no les quedaba muy claro los días que pernoctaríamos, nos cancelaron un par de veces la habitación, deberían contratar mas gente cualificada para este tipo de trabajo

Como mi titulo indica, degustar los alimentos, en las Cabañas , de Peñaranda de Bracamonte, es una experiencia religiosa, que diría la canción, el trato amable, la dueña Dña. María un dechado de dulzura y la comida impresionante, la antigüedad es un grado.

el hotel está perfecto; para ser de tres estrellas te presta servicio de al menos cuatro; la comodidad bastante buena. El servicio del desayuno podría ser mejor, pero valorando el precio es perfecto.