Restaurante: Rumar

Ambiente agradable, precio razonable…todo esto, junto con una posible buena calidad de platos en este local desafortunadamente no pude comprobar. En cambio sí recibí el trato personalizado…en el peor sentido de la palabra cuando yo y mi familia tuvimos el disgusto de presenciar el mal comportamiento del camarero que resulto ser el dueño del restaurante. Ser objeto de trato grosero y prepotente esto fue lo que experimentamos y aunque pasó más que un año (15 de agosto de 2012) de aquel incidente, en la memoria lo sigue presente. Todo empezó con el pésimo servicio y la indiferencia por parte del personal del establecimiento. Tardaron mucho para tomar la nota y a la persona que nos atendía no le gustaban nuestras preguntas respecto al menú. La cara de poco amigo de éste dio paso al fastidio cuando quedó claro que los clientes en vez de cena preferirían los entremeses. A todo se contestaba de que “hay mucho trabajo y estamos así todo el día”. En el siguiente cuarto de hora en la mesa hallaban solamente los cubiertos mientras que mi mujer pedía varias veces traer un refresco para nuestro nieto. La respuesta era la misma “paciencia, por aquí también hay otros clientes”. Como no hubo índice del cambio de actitud por parte del camarero se le pidió dar un poco de prisa y ofrecer bebida. Mejor no lo hubiésemos dicho nada. Empezaron a hacerse muecas y gestos que rozaban con chulería. “¿a qué viene esto y que se han creído? ” mi mujer se levantó y se dirigió a la barra ya reclamando que le sirvan un vaso de agua y que se deponga la actitud de arrogancia y desprecio. Se pidió que se presentase el encargado ó llamamos a la policía. En respuesta oímos gritos del sirviente “soy yo el propietario, marchaos de aquí. Podéis llamar a la policía…, en esta casa esta gente no come…”. Intenté calmar los ánimos. Fue en vano. El ver el disgusto de los clientes que estaban pasando apuros, parecía incitar al dueño de local a ponerse en plan todavía más provocador y agresivo. La situación llegó a su límite cuando este individuo haciendo con las manos movimientos bruscos lanzó un vaso contra el suelo. Aparece de la cocina la mujer de éste agravando el conflicto. Otros camareros arropan al dueño. Suenan palabras soeces. Viendo situación desagradable y estando con dos menores, decidimos abandonar el sitio, dado que era de noche y tuvimos que volver a denia donde hospedábamos. En unos días camino a Madrid volvimos a oliva para anotar datos de local y denunciar el comportamiento inaceptable de su propietario en la oficina del turismo. Es increíble que todo esto suceda en un sitio público y el mismo propietario del establecimiento protagoniza unas escenas tan bochornosas. Da impresión de que para algunos empresarios de la zona el único propósito es sacar el dinero de los veraneantes a toda costa, mientras que tal detalle como el respeto al cliente y el prestigio de local no les importa. Sigo creyendo en el eslogan que tanto suena en los eventos y ferias relacionados con la hostelería de este país, de que en España el servicio al cliente es un factor clave del éxito en un negocio, que sirve de motor para la economía nacional, pero tal vez a nosotros nos tocó un caso de excepción. Ya se sabe, cada quien habla como le va en la feria. Como decía un personaje bíblico “hay que ver para creer” y no lo deseo a nadie y evidentemente no recomiendo a visitar este establecimiento popularmente conocido por nombre de su gerente, insolente y poco civilizado.

Restaurante muy bueno! Comimos arroz con bogavante y estaba riquísimo!! El servicio estupendo, camareros simpáticos y alegres(es de agradecer en plena temporada de agosto). Seguro que volvemos el año que viene!

Servicio lamentable. Cantidad de las paellas muy pobres. Mi experiencia en arrocerias es que los platos para cada comensal son generosos. Aqui una paella para cuatro, siendo dos de ellos niños resultó indecente. Falto arroz y lp justificaron diciéndome que teníamos que haber pedido varias tapas antes. Para colmo la encargamos y tardaron media hora en servirla en la mesa. Trato malo, a pesar de ser españoles. Van de sobrados porque debe ser que no tienen mucha competencia. No lo recomiendo a nadie!!!

GENIAL!!!Se come muy bien en este restaurante y el trato de los trabajadores muy bueno.Cuando vuelva a la Playa de Oliva volveré a comer allí. Un saludo