Restaurante: Siglo XV

Horrible, no lo recomendamos. Cuando llegamos aguardamos un buen rato a que nos tomaran nota, después de esperar y esperar, nos preguntaron tres veces dos personas distintas que habíamos pedido, seguimos esperando y por fin nos sirven, a la pareja de la mesa de al lado igual. Finalizamos el primer plato, estamos en animada conversación y no nos percatamos que llevamos media hora esperando a que retiren los platos y nos sirvan el segundo, los de al lado igual, avisamos al camarero de charla animada por otras mesas sirviendo el café. Nos dice que aguardemos un poco que están muy apurados, nos viene a preguntar qué habíamos pedido, uno de los platos nos indica que ya está terminado hace un buen rato... Nos parece todo un cachondeo... Por fin nos trae el segundo que queda. Nos anuncían postres caseros, pedimos un souffle, y es de tarrina... Bueno lo más de lo más... Cachondeo total... Nos vamos... Con la firme promesa de no volver y no recomendarlo. Huele fatal, a las 16 boras cierran la puerta si creen que ya han trabajado mucho.... Sin palabras.

No nos gustó la comida a nínguno de los que ibamos, ninguno de los platos. Mantel de papel. Salones muy grandes y frios.

Hemos estado en trujillo en pasadas fechas un grupo de amigos, tras visitar el museo del queso vimos esta restaurante al lado del museo. Tomamos unas cervecitas y comimos allí. Buenas tapas, ambiente familiar y trato muy amable por parte del personal. Menú del día buenos platos, la verdad con bastante variedad.... Y amplia cantidad. Un lugar recomendable en trujillo... Seguro que pronto volveremos.

De visita en trujillo, en la plaza mayor un chico nos da un papelito de publicidad del restaurante..., decidimos bajar pues el chaval estuvo atento y educado con nosotros..., hasta aquí bien. Llegamos al restaurante, el comedor estaba lleno, nos dicen que nos sentemos en el bar y educadamente le decimos que si no tienen mesa nos vamos, nos ofrecen la terraza, (hacía frío y llovía... ), por fin nos dicen que tienen otro salón y que nos pasarán allí. Cuando entramos vemos que es un salón muy grande y bonito, donde hay una mesa con una pareja y un niño, y otra mesa muy bien montada para 6, el resto eran mesas largas de banquetes sin montar, nosotros éramos 2, y nos colocan una mesa de la terraza que cojeaba con un mantel de papel, al quejarnos y pedir una mesa como debe ser el camarero nos pone pegas y dice que las mesas de mantel de tela son para reservas y tarifas especiales..., ahí estuvimos a punto de irnos pero eran más de las 3 y media desde las 2 y media que habíamos llegado... No pedimos menú sino los "platos especiales de la casa", el secreto ibérico se había acabado, y nos lo sustituyen por carrillera ibérica a la plancha, cuando llega a la mesa la carne está cruda y le pido si me la pueden pasar un poco mas, a los 2 minutos me traen otro plato (no era el mío que se llevaron) con la carne carbonizada por fuera y cruda por dentro, sabía amarga y estaba durísima, a parte de que de ibérica tenía el haber nacido en la península..., mi marido pidió cuchifrito, con una carne

No volvería a este restaurante ni muerta. Un grupo de amigos realizamos una reserva para comer, unas 16 personas. Es servicio nefasto. Tardaron más de 1 hora y media en traernos el primer plato, bueno, a los que nos lo trajeron, porque tras una hora esperando nos dicen que no hay lo que habíamos pedido... Y para el segundo más de lo mismo. Entramos a comer a las 15. 30 y salimos a las 18. 15, sin comer postre ni nada de nada. Y para colmo, nos hicieron mover el café con tenedores, porque no les quedaban cucharas limpias. Algunos comensales de otras mesas se levantaron y se fueron sin comer... Una autentica vergüenza.