Restaurante: Vicente Crespo

Primera vez que vamos. Buen y amable servicio y carta con productos de primera calidad. Excelente carta de vinos y postres. Precio adecuado a calidad.

Excelente, pensaba comer a la carta, pero al informarnos del menú nos decantamos por este, muy completo y equilibrado y muy muy barato 15€ (bebida a parte) el último plato era arroz caldoso con pescado riquísimo y dejaron la bandeja para repetir si apetecía, cuatro camareros en sala amables y con la mirada en las mesas, experiencia muy positiva, ahora quiero ir a probar la carta.

Excelente. La cocina es excelente, pero acompañado del servicio y la atención personalizada sin caer en ser pesados lo hace el mejor restaurante de Gijón.

Reservé una mesa para séis en un semireservado con tres días de antelación y la confirmé mediante visita personal en la mañana del mismo día del almuerzo, hoy día 29 de setiembre de 2011. Para efectuar la reserva inicial, también mediante visita personal al jefe de sala-propietario, facilité mi teléfono. Cuando llego con mis amigos, me encuentro con la desagradabilísima sorpresa de que la mesa reservada no está disponible ( el semireservado estaba ocupado con dos mesas con un total de cinco comensales) y nos ofrecen otra frente a la puerta de la cocina y próxima a los baños, en el lugar de mayor tránsito y menor privacidad del restaurante. Como "explicación" admiten que tengo razón al mostrar mi disconformidad y enfado, pero no ofrecen alternativa. Fue una maniobra totalmente falta de estilo y carente de la más mínima profesionalidad exigible a cualquier establecimiento de cualquier categoría. Como mínimo deberían habernos avisado por teléfono de su incumplimiento para darnos la oportunidad de cancelar nuestra reserva y no esperar a que nos presentáramos en el restaurante. En fin, en cualquier caso, un incumplimiento flagrante que descalifica totalmente al establecimiento. El servicio, a cargo de unas camareras poco experimentadas y con aparente escasa preparación, fue por calificarlo benévolamente, manifiestamente mejorable (vino de una botella nueva servido sobre el vino de la botella precedente aún en las copas, entre otros detalles). En cuanto a los entrantes, aceptable

El restaurante es tranquilo y muy acogedor, decorado con estilo marinero, aunque el comedor no es muy grande, por lo que conviene reservar sobre todo en días festivos. El servicio es muy atento en todo momento. Fuimos mi pareja y yo para probar el arroz caldoso con bugre y queríamos pedir algún entrante, pero nos dijeron que venía muy abundante y que mejor pidiéramos solo el arroz porque nos pondrían unos aperitivos: al llegar, unas bandejita con pipas peladas y galletas saladas, después una cucharadita con gamba, esparrago y una salsa, además de un platito de puré de verduras. Finalmente llegó el arroz, una fuente enorme! Repetimos varios platos pero fue imposible acabarlo, con esa fuente y algún entrante, comerían 4 personas tranquilamente, de hecho en la mesa de al lado había una mesa que lo hizo así. Pedimos una botella de albariño para acompañar al bugre, y detrás del arroz un postre para compartir y 2 cafés, en total 77 euros. Nos encantó el sitio y seguro que volveremos pronto, es muy recomendable.