Restaurante: Rio Viejo

Buenos dias: en primer lugar no solo podemos decir que vinimos ayer encantados de disfrutar de un maravillosos puente en una zona de espectaculares paisajes sino que si ha sido una experiencia maravillosa mucha culpa de ello la tiene la maravillosa familia que gestiona la casa rural rioviejocubillas. El alojamiento es muy bueno, las habitaciones son amplias limpias decoradas en forma rustica y con una calefacción increíble. El nivel de ruido es muy bueno, no permiten que la gente se quede en el restaurante hasta tarde para así poder descansar sin que oigas ningún ruido. Del comentario de la carta sólo puedo decir que no me parece nada justo. Partiendo de la base de que te encuentras en un hotel de 7 habitaciones, en un lugar alejado de carreteras de paso, una localidad que no llega a los 30 habitantes en invierno y que en muchas ocasiones la nieve lo aisla no puedes pretender tener una carta de 40 platos pues no seria absolutamente rentable y seguro que la calidad seria muy baja, pero pese a todo tienen siempre un menú de 4 primeros 4 segundos y como mínimo 4 tipos de postre todos caseros, aparte tienes raciones sueltas pero sobre todo has de tener en cuenta que los productos en su gran mayoria son absolutamente naturales las carnes son todas de una calidad excelentes comprados a los ganaderos del mismo pueblo y de un frescor poco comparable. Los desayunos... Que os voy a contar rebanadas de pan de pueblo para aburrirte con mermeladas mantequilla etc y medio bizcocho casero de más de 7 centimetro de espesor.. ...... No se, no creo que en mucho sitios se pueda encontrar algo parecido de calidad y por ese precio en ningún momento tuvimos la sensación de ser tratados como "turistas" todo lo contrario, te dan folletos de la zona mapas recomendaciones de que comer o incluso de lo que tendrán para el día siguiente!!! Sinceramente nos ha encantado la zona, la gente y el trato y lo recomendamos sin lugar a dudas Pedro y natalia.

Estuvimos en el 2009 y ha sido el mejor hotel rural. Una comida copiosa y buenísima, unas habitaciones muy limpias y bien equipadas. Chapó por angelines que nos sorprendía cada día con unos platos, a cual mejor. Y no menos su hija que nos atendía todos los días con una simpatía envidiable. Uno de nosotros por despiste se llevó la llave de la habitación, será que algún día tenemos que volver, y les aseguro que estaremos encantados de hacerlo. Apolonia y su familia de Mallorca.