Restaurante: Sorell

Aquello parecía estar abandonado, medio a oscuras, apenas un camarero para atender, la comida mala a rabiar... No volveré en la vida. Ni yo ni nadie de mi familia. Horroroso.

Horroroso. Parece un comedor de beneficencia. Te sitúan en unas mesas prácticamente a la entrada, por donde entran repartidores y limpieza. Bueno, lo de la limpieza se supone porque terraza y rincones tienen un palmo de porquería. Sin acceso a juegos para los niños, no traen animador aunque lo pidas, la dj que ponía la música se limitó a meter un cd mientras leía una revista, tenían que poner menú de celíacos y sacaron un plato de embutido en mitad de la mesa para, unos minutos después y tras haber picado del plato varias personas, poner ese plato a la persona celíaca. Me quería morir. En teoría se podía elegir carne o pescado pero luego fue que no, sólo carne, que iban a ver "que podían conseguir". Vamos, pocas haber de ensuciar otra plancha. Cuando ya monté en cólera y avisaron al jefe, apareció todo el pescado. Vergonzoso. La comida rancia y escasa, el servicio pésimo. No vuelvo ni loca.

Celebré hace unas semanas un cumpleaños sorpresa para mi mujer. Salió todo a la perfección. Nos lo pasamos estupendamente y nos atendieron muy bien. Todo correcto comida y servicio.

Aquí celebré el bautizo de mi hijo y todo salió muy bien. El trato de los camareros fue el correcto y la cocina bastante buena. Me decanté por ellos porque fueron muy amables a la hora de contratar todo. Volvería a repetir, quedamos bastante contentos.