opiniones sobre el Restaurante Taberna El Risco

Fuimos antes de la hora concertada pues íbamos con un niño y tenía hambre. Al preguntar al chico de la puerta nos contesto de una forma tan grosera que nos buscamos otro restaurante en el cual comimos genial y a buen precio, mesón estela.

No se cumplieron mis expectativas. Nuestra valoración calidad-precio no puede ser buena puesto que a pesar de ser un menú de fin de semana en el que todos nos esperábamos mayor calidad y cantidad, solo las alubias lo cumplían, el resto del menú fue bastante regular y sencillo y poca cantidad para el precio que pagamos..... Eso sí, el lugar nos encantó por su decoración, ambientación, tranquilidad y limpieza..... Pero ni el servicio de mantelería estaba a la altura del precio pagado.

Era la segunda vez que visitábamos el risco, y no decepcionó en absoluto. Nos encanto la comida, la pena que no tuviesen las famosas croquetas de la abuela, que están exquisitas. Es un local familiar, muy limpio y con unas vistas increíbles. Fuimos con una niña pequeña, y con lo inquieta que es, pudimos comer tranquilamente mientras ella jugaba a nuestro lado. Volvería a repetir otra vez.

Bien situado y con muy buenas vistas. Nos atendieron a la hora prevista, sin esperar. Nos sirvieron bien sin esperar entre platos. La comida muy buena y con suficiente cantidad. Buena calidad y precio adecuado. Muy recomendable.

Somos de Madrid y paramos por casualidad en Orbaneja. El pueblo es pequeño, diferente, estilo rústico. Hay que visitar la cueva, la cascada y callejear sus rincones. Por azahar, descubrimos así El Risco. No teníamos reserva y después de quince minutos entramos a comer (fuimos dos matrimonios). Comimos unas raciones de picoteo y un chuletón a la piedra. La verdad es que quedamos bastante contentos porque el restaurante es muy singular, situado en la misma roca, comedor pequeño, sencillo sin lujos, el trato familiar y la comida lo mejor. La cocina excelente y la carne estaba en su punto de sabor. Si hace bueno, aconsejamos tomar el café en la terraza con música, hay unas vistas excelentes al cañón.

Lugar pintoresco, original con estilo rústico cuidado, para visitar. Desde el bar descubrimos su terraza interior con excelentes vistas al cañón donde en verano se puede comer o tomar algo. De aquí subimos al comedor con su pequeño mirador castellano con vistas, bajo una gran roca que hace de pared de fondo y que guarda una pequeña bodega sencilla... Nada de lujos..., cocina sencilla a base de raciones y carnes de la región, también menú y con productos bien elaborados y de calidad. Excelente trato familiar y buen precio (regenta la familia). Yo fui con mi pareja y la sorprendí. Pedir las croquetas de la abuela, morcilla frita con pimientos y el chuletón a la piedra. Creo que abren solo por temporada, según me comentaron.