Restaurante: Tedone

De reciente visita a la ciudad nos apetecía algo diferente al tapeo. Optamos por vegetariano y dentro de lo que habíamos leído nos llamó la atención este. Llegamos a la calle estrecha, màs bien callejón y lo vimos al final con màs pinta de tasca que de restaurante. Uno de los camareros que nos vió dudando fuera amablemente nos instó a ver la carta y a explicarnos los platos. No hubo marcha atràs, nos dejamos recomendar y voy ya al lío. La carta no es demasido amplia pero como leeréis no es necesario. De entrante, cortesía de la casa que se agradece, un gazpacho excelente, merecería la pena haberlo pedído en ración. Realmente bueno. Continuamos con arroz integral con verdura, seco no meloso con calabacín, tofu y màs cosas que no identifiqué. Merece la pena probarlo porque està muy bueno y la ración es abundante. De segundo plato vainas con langostinos, aguacate, pipas y frutos rojos. No sé como explicar que es de los mejores platos que he probado en mucho mucho tiempo. Sencillamente sublime. Sorprendente también. Para rematar pedimos un único postre consistente en crema de algarroba con fresas sobre natilla de frambuesa. Exquisito. La algarroba tenía la textura como de mouse de chocolate sin grasa ni azúcar. Nunca la había probado y me encantó y eso que soy chocolatero empedernido. Hasta aquí la comida. Respecto al local tieme unas nueve mesas, aspecto de tasca con muchísimo encanto. El servivio inmejorable, atención, explicación de platos, recomendaciones, no se puede pedir màs. Como anécdota un cliente australiano sentado a mi lado pidió entrar a la cocina para felicitar al chef, y así lo hizo porque estaba alucinando con la comida, como nosotros. La cuenta, no me lo podía creer, con agua y un pan muy rico de cereales 35 eur. Lo recomiendo porque te guste o no la comida vegetariana, que no es mi devoción, este lugar es sencillamente excepcional en todo; y si alguien os habéis encontrado con alguna opinión mía sabréis que no soy ni exagerado y bastante crítico. Gran descubrimiento!

Impresionante. Pese a estar escondido en una pequeña calle de gros, nos sorprendió muchísimo por los platos tan sabrosos, bien presentados, buenas raciones, ecológicos y nada caros para la calidad que atesoran. Espacio diferente el local en su globalidad:colores, olores y atención. Algo así necesitaba donosti.

Buenísimo restaurante ecológico. Platos muy sabrosos y sanos. Terraza agradable fuera y coqueto dentro. Muy buena atención. De lo mejor en la ciudad en función calidad-precio. Probadlo