Restaurante: Tropezon

!genial, no tengo palabras . La comida fantástica los calamares a la plancha o ese arroz caldoso están para quitar sentido. Y por no hablar de su gente maravillosa, atenta, cariñosa, yo me siento como en casa son fantásticos .

Buenas!! Esto que he leído de quisquilla de motril, nécoras, etc. Suena a chufla. Soy cliente fijo, y desde hace años este restaurante dejó de ser el local de prestigio que fué, sobre todo para los villargordeños, que en esta época dorada del restaurante no tenían las faciliadades de movilidad que tienen hoy. Este "fenómeno" que come gloria béndita sin mirar precios debe de ser el mismo que me encontré en el "bulli" justo antes de su cierre conversando con ferran. No sé como puede haber gente que se queje por no tener carta, ni precios ni ná de ná...

Hace poco he comido en este restaurante y el resultado ha sido nefasto. Es un restaurante bastante desangelado con manteles de papel y camareros que no te dan una carta, sino que te dicen los platos (como cualquier bar).

La comida era aceptable, pero a nosotros nos metieron una clavada increíble, pedimos unos entrante, vino y solomillo a la pimienta, todo eso para 5 personas.

Quizás sea la crisis, pero cual fue nuestra sorpresa cuando al pedir la cuenta nos dice el camarero 145 euros, pero así sin más, sin darte una cuenta ni nada. Le pedimos la cuenta y resulta que sin que nosotros lo pidiéramos nos dieron una bandeja de mariscos, compuesta por 18 langostinos y unas pocas cañaillas y en la cuenta viene la bandeja cobrada por 54 euros, es decir, la cobran como si estuvieses en un buen restaurante de Marbella en primera línea de la playa, con la particularidad de que es un bar de pueblo con manteles de papel y cubertería de los chinos.

En definitiva, no recomiendo en absoluto este lugar porque ni tienen carta de precios y te clavan bien clavado

Suelen ofrecer un marisco excepcional que les llega vivo desde Galicia, como camaron de roca, quisquilla de arena, nécora, cigala y una gamba de ayamonte que desvanece los sentidos. Buenisimo el iberico, queso Miguel Romero que pa que te voy ha contar, varios peces que te acercan a las olas. La bodega lo que se te ocurra pedir lo vas ha encontrar, el servicio es pronto y esmerado con profesionales que se estan dejando la vida para hacer felices a traves de los estomagos a los demas. Lo malo es que cuando una va ha comer hay que pedir la cuenta. Sali de alli viendo la vida de otra manera.