Restaurante: Zalacaín

Soy propietaria de hostelería, y por ello no quise perderme una visita al Zalacaín con mi jefe de cocina. Como sitio es precioso, pero la cocina y el servicio fue una decepción. La calidad precio no se corresponden. La calidad es buena, no es eso, pero la comida era insípida. Le faltaba el ultimo toque. La actitud del equipo era completamente "antigua", yo les "ofendí" al que como mujer pidiera y preguntarse sobre vinos. No pudieron ver que lo hice por el idioma, yo era la única que hablaba castellano. Pero no fue por ir de lista o de mujer moderna, así que la sonrisa tan negativa que me echaron al preguntar por un vino concreto del Priorato no me pareció correcta. Precisamente unos profesionales como ellos deberían haber notado que la pregunta que hice no era por ir de lista, sino porque quería un sabor concreto. Pero era como que no se podía "comunicar". No tengo duda de que Zalacaín fue un gran sitio, y que todavía vive del aura de sus clientes selectos de toda la vida...pero deberían cambiar la actitud. Yo por ejemplo no vivo en Madrid, pero voy muchas veces, así que no entiendo esa postura de "será una turista". Cuando pedimos la tabla de quesos, por ejemplo, pedimos que por favor nos eligieran solamente quesos de tipo azul. Los tenían en su selección, pero parece que tampoco les sentó bien que tuviéramos ese deseo, pues de queso azul sólo llegó un tipo...Y para punto final el precio que cobran por los aperitivos que ellos dan, y la teja con el café que también viene de ellos es desorbitado. Es una pena, porque el sitio es precioso, y me parece muy bien que guarden etiqueta, y este comentario me gustaría que ellos lo vieran, porque es de intención constructiva..

Me encantó la comida, flipante, el servicio no está mal, imaginaba que iba a ser mejor. Espero poder volver pronto!