Restaurante: Salón Bombom

Exceptuando el tupper sex que fue genial, la cena nos la movieron a un restaurante enano sin avisar que "estaban pintando" la sala de espectáculos. Nuestra mesa estaba en un rincón detrás de una pared y una columna donde no se podía ver nada. Además de que mientras estás comiendo te venga el dueño para cobrarte sin comentarios. Al final nos sacaron de nuestra mesa a todas las chicas para aprovechar ese espacio para la stripper, sin dejarnos ir a por nuestras pertenencias ni nuestras copas. En ese tiempo de espera nos animó un rato la drac, pero tuvimos que esperar un rato más autoentreteniéndonos con canciones de charanga. En el menú nos pusieron: jamón serrano, croquetas congeladas, pimientos rellenos y revuelto de huevos de entrantes. De segundo un entrecot que de gigante nada...

Estuve de despedida en este restaurante en primavera y ahora he vuelto a buscarlo porque tengo otra despedida y me gustaría volver. La verdad es que estoy poco de acuerdo con lo que he leído en las opiniones y por eso escribo, porque mis amigas y yo lo pasamos realmente genial y cenamos muy bien, (yo no me pude terminar el chuletón, uf! )... Cuando se termina de cenar se prepara una gran fiesta donde todos los que estábamos podíamos participar. Nosotras lo pasamos en grande, me acuerdo muchas veces de lo que nos reimos. Además había mogollón de gente de un montón de ciudades diferentes y hicimos una buena amistad con un grupo de chicos de Madrid con los que nos fuimos de juerga por los bares de la ciudad, jeje, que estaban a tope de gente de fiesta. Cenamos muy muy bien. El local no es de diseño pero está muy bien porque es un sótano donde pudimos participar en el show que ofrecen y jalear todo lo que quisimos hasta la madrugada. Cantamos tantoq ue la mayoría nos quedamos sin voz. Hay espacio para bailar y barra para tomar copas que las ponen muy baratas, así que no echamos de menos nada de nada, al contrario, nos hubiera gustado quedarnos más tiempo. Desde luego lo recomiendo a todos y todas los que vayáis a Salamanca y queráis divertiros además de cenar bien. Espero que os sirva mi experiencia. Ah! La novia que es la "prota" quedó encantada que es lo importante.

La verdad que este restaurante deja mucho que desear, estuvimos el sábado 16 de junio y nos tuvimos que marchar después de cenar ya que no nos ponían ni un chato y los camareros pasaban de nosotros, la drac era un show ni daba espectáculo ni nadad de nada, en fin cenamos mal, una carne que la tirabas contra la pared y se partía en cachos por lo dura que estaba, unos canapés que daban vergüenza, la verdad que para lo que pagamos nos hubiéremos ido a un burguer y seguro que hubiéremos comido mejor, eso que dicen que espectáculo y juegos es una mentira ya que el único espectáculo que ves allí es a los camareros y a la drac corriendo y no dando señal de confianza, lo mejor que cuando sales del cuchitril que tienen preparado en la zona baja ves la luz y disfrutas de Salamanca pero no lo aconsejo para nada

Nada recomendable. La animación se basa en un tio disfrazado de "drag queen" que cuenta chistes malos. El vino no se podía beber de lo malo que estaba, la cerveza de una marca desconozida y caliente, los "entremeses" malos, el segundo tiene un pase. Nos metieron con 200 tios en un salón anticuado. No esperamos ni a que nos sirvieran el café, no quisimos ni saber como acababa eso, pero pintaba mal, la gente estaba muy quemada. Nos fuimos!

A mi grupo la verdad nos decepcionó un poco. No cenamos mal y lo pasamos bien porque nosotras estábamos animadas y dispuestas a cantar y demás pero lo que es la animación brillaba bastante por su ausencia.... La barra de después de cenar un caos, poca variedad (solo podías beber sota, caballo y rey) y tardaban años en atenderte. Repito, lo pasamos bien pero ni lo recomendaría ni repetiría nunca.