Restaurante: Hotel Botánico

Estuvimos hace unos meses para celebrar el cumpleaños de mi hijo el mayor y la verdad habíamos estado en otras ocasiones,el arroz con bogavante había estado exquisito, pero esta vez ,peor que mal ,horrible el arroz,nada que ver con lo que había sido en otras ocasiones, y los entrantes tampoco tenían la calidad de antaño, es una pena, nos pareció que no quedaba allí ni la sombra de lo que fue,relación calidad precio muy mala.

Fuimos un domingo a comer con nuestras hijas por un paquete de la vida es bella. El entorno nos gusto, la decoración también pero luego nos pasaron a un comedor que era una carpa, y fijándote en los detalles dejaba bastante que desear en cuanto a limpieza. Nosotros pedimos un menú la vida es bella y fue escaso y de poca calidad, las niñas pidieron un menú infantil, y menudos macarrones se pidieron a la boloñesa por sugerencia del jefe o responsable del comedor y llegaron tarde pasados y con tomate de bote, llamamos al camarero informándole que no se habían pedido con tomate sino a la boloñesa, los retiraron y al momento llegarón con los mismos indicando que según el menú infantil son con tomate y no con carne. Me parecido vergonzoso las niñas dejaron lo platos enteros no había quien los pudiera comer, el servicio pésimo tardaron un montón en servir no guardando los detalles de la mesa como el pan que hubo que pedirlo, la vajilla bastante vieja y los vasos sucios, un camarero sirviendo varias mesas por no decir todas. Decepcionante no me lo esperaba, no lo recomiendo a nadie, ni en un chiringuito se come peor que aquí, menudo botanico y eso que tiene tres estrellas pues si llega a tener una no que se sería.

Fuimos a este restaurante con un pack "la vida es bella" y francamente fue decepcionante, de entrada nos bajaron al sotano cuando arriba había muchas mesas libres, donde todo era viejo, casi sin luz y atendidos por una sola persona todas las mesas, lo cual resulto del todo insuficiente. El menú muy parco donde apenas había donde elejir resulto escaso aunque comestible, los postres caseros anunciados en la web se redujeron a un helado, y ademas las bebidas que pidas fuera del menú las pagaras a precio de restaurante de lujo, (medii litro de agua 4€) en definitiva el entorno que si es agradable se derrumba dentro. No volveria ni lo recomendaria.

Decidimos dar la bienvenida a la primavera pasando el día en el escorial. A través de Internet buscamos un sitio para comer por allí. Optamos entre las distintas opciones por el restaurante arrocería botánico. En un principio nos sorprendió el encanto del edificio. Sin embargo, el acceso al mismo no estaba señalizado, el mobiliario utilizado para la terraza de verano estaba tirado por el suelo impidiendo el paso correcto, con la consecuencia de peligro de tropezar y caerse. Ya dentro del salón restaurante, nos llamo la atención la soledad del mismo, teniendo en cuenta que era una hora punta, de un fin de semana primaveral, con mucho ambiente en las inmediaciones del monasterio. Nos sentaron en una mesa junto a una enorme ventana. No nos esperábamos una vistas sorprendentes, pero.... Vimos mobiliario del hotel roto. Habiendo decidido las opciones de carta, nos encontramos que varios de los platos solicitados no podían servirse por falta de materia prima, nos llamo la atención que esto ocurrió con más de un plato que figuraba en carta. Ya servida la comida, los platos se sirvieron fríos sobre todo los segundos, la carne solicitada pasada de punto se sirvió casi cruda, cuando esto se reclamo se sirvieron de nuevo calcinados sin encontrar en ningún momento el estado solicitado y deseado para servirse una carne de ternera. El servicio entre los primeros y los segundos se dilató demasiado, fue una espera casi eterna, mientras tanto, recurrimos al pan abrasado y con apariencia calcinada. Excesivo uso de la famosa reducción de vinagre de módena para decorar. Encubría el sabor de los platos. Ya en los postres, no habiéndonos decidido debido a las escasas opciones, nos dejamos aconsejar por el metre que nos recomendó una tabla de tartas con pequeñas porciones para degustar todas las variedades del restaurante. Temerosos, le dijimos al camarero que no teníamos mucha hambre. Nos aseguró que era algo muy pequeño. Minutos más tarde apareció con las porciones de las tartas que a él le parecieron y que ni si quiera figuraban en carta, tartas que no cabe ni que decir eran industriales sin sabor alguno, el fin, como no, aumentar el precio de la cuenta final, aunque viendo el volumen de comensales inicial, algo tenían que hacer para salvar el día. Relación calidad-precio ni que decir que desprorcionada negativamente. En definitiva poco aconsejable para pasar una jornada gastronómica de fin de semana. Un saludo.

Nos regalaron "mesa para dos" de "la vida es bella" y planificamos hacer una excursión a San lorenzo del escorial y nos decidimos por este restaurante (también tiene hotel) somos un poco exigentes por lo que desconfiábamos un poco al ser un pack. Pero nos llevamos una grata sorpresa. El menú degustación consistió en 4 entrantes(a elegir 2 : revuelto de morcilla y piñones -croquetas. El revuelto muy bueno y las croquetas ricas. A compartir de segundo un "arroz a banda" excelente, buenísimo, abundante y en su punto. De postre flan y dulce de queso. Lo acompañamos con un buen vino verdejo de rueda - bodegas matarromera (fuera del pack), es que somos un poco sibaritas.... El lugar y el servicio muy agradable, os lo recomendamos. Una escapadita con encanto