Restaurante: Boccatti

Cuando hace más de dos décadas visité el Boccatti por primera vez, no noté ninguna diferencia con los mejores restaurantes de pescado y marisco de la zona del cantábrico. El Boccatti era entonces un oasis en el desierto, ya que en Vic no abundaban los buenos restaurantes. Actualmente la ciudad ha cambiado en todos los aspectos, y gastronómican¡mente hablando no digamos. Ahora en la capital de Osona se pueden escoger entre multitud de locales para todos los gustos y bolsillos, pero el Boccatti sigue siendo el rey en el tema de una excelente materia prima y una, si cabe, mejor elaboración (muy natural).Josep, responsable y dueño del local, ha sabido mantener esta calidad a lo largo de los años. Él es el responsable de la compra, y doy fé de su buen gusto. Sabe que un buen producto no necesita de demasiados artificios y conoce el punto de cocción como el mejor. Te puedes dejar aconsejar por él si no lo tienes muy claro a la hora de elegir.El local es pequeño y con una decoración muy setentera que ahora tiene el encanto de los lugares singulares. La pulcritud y limpieza son valores añadidos. La cocinera, esposa del dueño, se desenvuelve sorprendentemente bien en una cocina miníscula, ya que en el Boccatti impera la organización. El servicio es muy correcto pero sin ninguna pretensión, el camarero es el de toda la vida. Los amantes del buen pescado, algo cada dia más difícil de encontrar, disfrutan aquí como lo harian es el mejor restaurante del Cantábrico. En la carta también se incluye carne de la mejor calidad, para aquellos que lo prefieran. También existe la posibilidad de llevarse algunos platos, como la paella, la sopa de pescado, y la fideuá a casa. Los postres son correctos y algunos, como la ensalada de frutas, muy ligeros. Las ensaladas y verdura (mi favoritas son las alcachofas), son también riquísimas.No es un restaurante nada barato, pero como decia aquél: "Paris bien vale una misa" y "una vez al año no hace daño".Creo que es evidente que este restaurante es uno de mis favoritos.