Restaurante: Cal Carlets

El restaurante está ubicado en una casa típica del Priorat. A la entrada, botas y herrajes que utilizaban los payeses de antaño, ya empiezan a ambientarte. Una vez en el primer piso, la luminosidad, vistas a las montañas y el decoro con que están puestas las mesas, crean un ambiente acogedor. Ya instalado en la mesa, en seguida te atienden con suma amabilidad. Además de los platos de carta, siempre tienen sugerencias extras. La carta de vinos, amplia en las cosechas de la comarca y aledaños. Los platos son generosos, contundentes y variados. También con los niños tienen una atención especial. Los precios, en consonancia con los otros restaurantes de la zona. Si tenemos en cuenta el precio-calidad-cantidad, no me dió la sensación de caro; lo situaría en la franja media. Al final, el detalle: nos invitaron a café y copa. En fin, un sitio muy recomendable para redondear un paseo por el priorat.