Restaurante: Figon Zute el Menor

Era evidente, saltaba a la vista, no es necesario ser experto culinario o profesional para ver lo requemado que estaba el cordero. Las costillas ni siquiera las pudimos comer, ni tampoco la capa dura requemada; comimos los trozos de carne que se libraron del retueste. Tampoco fueron necesarios los cuchillos que sí cortaban que nos trajeron al final. Ni tampoco que la señora "maitre" se pusiera a limpiar el polvo de la barandilla de madera que hay junto a las mesas ocupadas con familias que estábamos omiendo. Demasíado de "andar por casa". Menos mal que el aseo estaba limpo. No volveremos.

Llevo yendo a comer cordero a sepúlveda desde que era niña. Con mi abuelo he ido al zute mayor hasta que hace unos años probamos el zute menor. El cordero igual de bueno, como en ningún sitio, y la atención es estupenda. Muy amables, atentos, a los niños si lo pides cuando reservas le ponen un plato de sopa. Hemos estado en familia y con amigos, y el hombre nos dejo entrar a ver el horno de leña y nos estuvo explicando.

El mejor cordero que he comido en mucho tiempo. Los dueños encantadores al igual que el resto de los camareros/as, te hacen sentir como en casa. Mientras estuve allí vi como dedicaban un trato personal a todos los clientes y recibían muestras de cariño de todos ellos, como si fueran de la familia. Me sorprendió muy gratamente y fue muy agradable. Es muy aconsejable reservar antes porque sino en determinadas fechas esta a tope. ¡Y repito, el cordero genial!

me pareció un sitio muy bueno, el cordero es exquisito y el lugar, como muy entrañable y acogedor. Lo recomiendo