Restaurante: Hotel Seto

Lamentable atención en el restaurante donde nos negaron dos bocadillos alegando que no tenían pan cuando delante de nosotros tenían ocho barras de pan y toda la gente de la barra disfrutaba de suculentos bocadillos. Un camarero se intento justificar (lo injiustificable) mientras el encargado o dueño, delante de nosotros le dijo "no vale la pena ni que te molestes". Prácticamente nos tiraron del restaurante por no sentarnos en mesa y pedir carta. Evidentemente no volveremos y lo desaconsejaremos. Se negaron a servirnos sin ningún motivo y si lo había no nos consideraron lo suficientemente "rentables" como para explicarnos los motivos.

Me parece lamentable que se nos quiera hacer creer que es un edificio histórico cuando es un edificio de nueva planta y ni caserón ni nada es de obra nueva y sin terminar no tengan tanta cara y digan la verdad, ni histórico ni caserón en este sentido este hotel es un engaño.

Hace dos años paramos a comer allí y genial. Ayer volvimos a parar, recordando la vez anterior y fatal. Menú de 25 € del que esperábamos mucho más. Comida muy normalita (como la de menú de bar de 8-9 €) y no entraba ni bebida. Que en un menú de 25 € pongan como acompañamiento a la carne (que por cierto estaba nada buena) sólo unas patatas fritas... Hay que ser cutre. Y sin embargo estaba lleno de gente. Inexplicable, porque de los 6 adultos que fuimos, ninguno salió satisfecho, si no más bien con la sensación de que nos habían tomado el pelo. Se lo dijimos a la camarera, pero hizo como si nada. Por supuesto, no volveremos.

La comida es como la de cualquier bar-restaurante de carretera, pero con precios de gran ciudad. Lo típico de La Mancha: cabrito, setas, chuletas de cordero, pero de baja calidad: chuletillas quemadas, cabrito re-calentado, setas con sabor a moho, es decir, desaconsejable cien por cien.