Restaurante: La Mesa Redonda

Aunque está en una zona lógica (cerca de varios hoteles, avenida principal, buena zona residencial...) no es fácil de encontrar, porque está en unos soportales de un bloque con no muy buena iluminación.

Una vez que entras parece que estás en una casa particular en vez de en un restaurante ( biblioteca, sofá, mesa baja, cuadros.... en fin un salón de una casa).

El comedor lo atienden dos señoras que se nota que saben lo que hacen, desde el tratamiento hasta la capacidad para improvisar cuando les propones cosas que no están en la carta o para niños ( los de la mesa de al lado).

Una vez que ves la carta ( o cartas,porque seguro que tienen alguna temporada) ves que puedes comer de varias formas.
La primera que te proponen es compartir alguans cosas y despues escoger algo como plato principal.

Otra forma es comer a base de tapas ya que tienen la misma carta en forma de tapas, con lo que te puedes hacer tu propio menú degustación sin tener que ceñirte a lo que se le ocurra al jefe ese dia.

Compartimos unas "papas aliñás" que estaban muy buenas y en las que destacaba el vinagre de Jerez en el aliño, pero para bien, no parecia vinagre sino un oloroso hasta bueno.

Después tomamos una vieira " persillada" nos dijeron, en la que destacaba el punto de la vieira y después una tórtolas al jerez y una "cola de toro " que si estaba buena, el puré de patatas gratinado que la acompañaba no sé si estaba mejor.

Los postres originales ( sorbete de naranja y miel con su chorrito de PX y una tarta de limón y almendra muy mora).

Los vinos en precio aunque la carta un poco clásica.