Restaurante: Las Tinajas

Me quito el sombrero por la calidad de sus productos, acudimos cuatro personas y la palabra más repetida durante toda la comida fue; que rico, exquisito, delicioso, impresionante, desde el primer aperitivo hasta el último plato.

Soy de Granada y en bastantes ocasiones he visitado este restaurante, por calidad, cercania y porque creo que no cierran nunca, y eso resulta cómodo. Ultimamente no me gustó la calidad, pero la última noche fue fatal, un restaurante caro, no puede poner guarniciones frias, duras y de haberlas cocinado muchas horas antes, si no les interesa acompañar los platos, que pongan una foto, pero no adornos frios e incomestibles. Creo que se han refugiado en sus fotos de famosos y famosillos, gozan del favor del periodismo local, y están olvidando lo más importante, dar bien de comer y a un precio justo. Parece ser que también están muy recomendados por hoteles, ya que siempre hay extranjeros (pobres de ellos), que mal concepto se llevarán de comer en Granada, hay cantidad de sitios más económicos y de muchísima más calidad, y mejor trato. Se les ha subido el éxito a la cabeza, sin pensar que eso es efímero. Por nuestra parte, ni mi marido ni yo, los recomendaremos ni visitaremos más, y por suerte hacemos bastantes comidas fuera de casa. Espero que la segunda generación ponga algún remedio, de lo contrario mal futuro les auguro.

Almorzamos mi mujer y yo el pasado jueves. Nos sorprendió la manera tan precipitada de tomarnos la nota el maitre o jefe de sala, unos 5 minutos desde que nos dieron la carta. Comenzamos con unas croquetas de rabo de toro con chocolate que nos sirvió uno de los camareros a cierta distancia de la mesa, más que la separación fue la forma tan acelerada con lo que nos sirvió dos piezas para cada uno. Otro entrante fue una ensalada con bogavante de 25 €, donde el mango y la lechuga era la base y cuatro bocados laminados de bogavante cocido y poco fresco (decoración con cabeza y patas completamente vacías). Un lomo de merluza y un entrecot de buey fueron los segundos platos, donde el pescado dejaba bastante que desear para un restaurante de esa categoría. Los postres consistieron en tarta de chocolate y piononos. En la mitad del postre uno de los camareros nos preguntó si habíamos terminado, con la aceleración y prisa predominante en todo el servicio de la comida. En definitiva, un servicio pésimo para una comida cara y nada buena. Para las próximas visitas a Granada queda descartado por su relación calidad precio. Quedamos muy decepcionados

Hola, estuve cenando este sábado, en este restaurante, y la verdad que no fue lo que esperaba de él. Espera sorprender en la cena del día de los enamorados, espero no recordarlo como comento a continuación. El lugar, decir que si te sientan en la planta de entrada puede que bien, pero como te siente en la planta sótano, es una jaula, pequeño y super pegadas las mesas. El servicio, muy lento, entre plato terminado y plato, tardaron más de 15 e incluso 20 minutos. La comida, bueno, decir que casi todo lo sirvieron frío, pedimos recalentar. La carta de vino extensa pero los precio bastante caros. Calidad-precio, regular (mucho más caro que bueno)

realmente no lo voy a recomendar porque los hay mejores tanto en calidad, como en precio, como en servicio. Un saludo a todos y espero que os sirva mi opinión